viernes, 20 de septiembre de 2013

Los espías no son cinco, sino diecisiete

| Por Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -En medio de la indetenible algarabía del gobierno,  pidiendo la libertad de sus cinco espías favoritos (aunque son cuatro), jamás se menciona a “los otros”. Me refiero a los demás que también espiaron y trabajaron en suelo norteamericano a favor de la dictadura, y que fueron  descubiertos y condenados a largos años de prisión en Estados Unidos.
El régimen jamás los menciona, parece haberlos olvidado. Como si sólo los cinco hubieran empeñado sus vidas por una dictadura sin salida, sin futuro, por más espías que tenga desperdigados por el mundo, todos financiados a costa del hambre de los cubanos de a pie.
Con la captura de Ana Belén Montes llegó a diecisiete el número de espías del gobierno cubano, arrestados en Estados Unidos desde septiembre de 1998.
Pero en Cuba no se menciona a la Montes. Tampoco a Walter Kendall Myers, ni a su esposa Gwendolyn. Mucho menos al profesor de la Florida International University, Carlos Álvarez, y a su esposa Elsa, todos condenados, por espiar a favor de una dictadura enemiga de Estados Unidos.
Me imagino lo que sentirán estos espías abandonados a su suerte al saber que la mayoría de los cubanos de la Isla ni siquiera ha escuchado sus nombres en los medios de propaganda. Nada hace por ellos el régimen. No cuentan en esa historia tenebrosa de ¨Los Cinco¨, gracias a los cuales se realizó el terrible acto terrorista de derribar dos aviones civiles, desarmados, y donde fueron asesinados jóvenes inocentes.
Todos estos espías, tanto los cinco como los otros, que gozaban de la libertad en una democracia verdadera, tendrán suficiente tiempo para reflexionar sobre lo que han hecho con sus vidas, por una dictadura en bancarrota, moral y económica.
Si no leyeron bien a José Martí, es por eso que estos espías ignoran que ¨cuando un pueblo emigra, los gobernantes sobran¨; o que ¨la felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes¨; o que ¨es rica una nación cuando cuenta con muchos pequeños propietarios¨.
¿Es que estos espías pueden considerarse talentos serviles, “un espectáculo en verdad odioso”, como dijo nuestro Apóstol? ¿Es que, al no poder descubrir que “la tiranía es la misma en sus varias formas, aunque se vista algunas de ellas de nombres hermosos y de hechos grandes”, se convirtieron en espías del Diablo?
¿Es que creyeron que filmaban románticamente para la historia, que el espionaje que hacían no estaba relacionado con el fraude, el engaño, con la deslealtad al país donde viven, y sobre todo, contra un pueblo hambriento que sufre un atraso de cincuenta años, reprimido, manipulado por un gobierno perverso e ineficaz?
Nadie se apena hoy porque vivan entre rejas el resto de sus vidas. Ni siquiera quienes los indujeron.
| Por Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -En medio de la indetenible algarabía del gobierno,  pidiendo la libertad de sus cinco espías favoritos (aunque son cuatro), jamás se menciona a “los otros”. Me refiero a los demás que también espiaron y trabajaron en suelo norteamericano a favor de la dictadura, y que fueron  descubiertos y condenados a largos años de prisión en Estados Unidos.
El régimen jamás los menciona, parece haberlos olvidado. Como si sólo los cinco hubieran empeñado sus vidas por una dictadura sin salida, sin futuro, por más espías que tenga desperdigados por el mundo, todos financiados a costa del hambre de los cubanos de a pie.
Con la captura de Ana Belén Montes llegó a diecisiete el número de espías del gobierno cubano, arrestados en Estados Unidos desde septiembre de 1998.
Pero en Cuba no se menciona a la Montes. Tampoco a Walter Kendall Myers, ni a su esposa Gwendolyn. Mucho menos al profesor de la Florida International University, Carlos Álvarez, y a su esposa Elsa, todos condenados, por espiar a favor de una dictadura enemiga de Estados Unidos.
Me imagino lo que sentirán estos espías abandonados a su suerte al saber que la mayoría de los cubanos de la Isla ni siquiera ha escuchado sus nombres en los medios de propaganda. Nada hace por ellos el régimen. No cuentan en esa historia tenebrosa de ¨Los Cinco¨, gracias a los cuales se realizó el terrible acto terrorista de derribar dos aviones civiles, desarmados, y donde fueron asesinados jóvenes inocentes.
Todos estos espías, tanto los cinco como los otros, que gozaban de la libertad en una democracia verdadera, tendrán suficiente tiempo para reflexionar sobre lo que han hecho con sus vidas, por una dictadura en bancarrota, moral y económica.
Si no leyeron bien a José Martí, es por eso que estos espías ignoran que ¨cuando un pueblo emigra, los gobernantes sobran¨; o que ¨la felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes¨; o que ¨es rica una nación cuando cuenta con muchos pequeños propietarios¨.
¿Es que estos espías pueden considerarse talentos serviles, “un espectáculo en verdad odioso”, como dijo nuestro Apóstol? ¿Es que, al no poder descubrir que “la tiranía es la misma en sus varias formas, aunque se vista algunas de ellas de nombres hermosos y de hechos grandes”, se convirtieron en espías del Diablo?
¿Es que creyeron que filmaban románticamente para la historia, que el espionaje que hacían no estaba relacionado con el fraude, el engaño, con la deslealtad al país donde viven, y sobre todo, contra un pueblo hambriento que sufre un atraso de cincuenta años, reprimido, manipulado por un gobierno perverso e ineficaz?
Nadie se apena hoy porque vivan entre rejas el resto de sus vidas. Ni siquiera quienes los indujeron.


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El diablo embotellado


| Por José Hugo Fernández
LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -Los progres de Europa han encontrado el modo de materializar su borrachera fidelista mezclando el placer con la penitencia, a través del ron Comandante Fidel, ponzoña líquida, que, por más de un motivo, remite a “El Diablo Embotellado”, aquel relato tan macabro y aleccionador de Robert Louis Stevenson.
Un amigo, residente en España, me trajo una botella de este ron. Y doy fe de que luego del alcolifán o el chispa e´tren, no me había pasado por el gaznate algo tan nauseabundo, capaz de hacerme sentir que tengo un cóctel molotov en el lugar de la cabeza.
Sin embargo, diversos distribuidores internacionales del ron Comandante Fidel (Rones del Mundo, Bodegas Biosca, Uvinum, Bealshop…) lo están vendiendo como la octava maravilla, hecho “con las mejores mieles fermentadas de la caña de azúcar, envejecido en barricas de roble blanco y con todo el vigor, pasión y amor a la patria, del espíritu cubano”. Un globo de marketing con el que parecen querer reafirmar que los milagros existen, siempre que además de fe, quien los espera demuestre estar dispuesto a degustar la metralla como si fuera elixir.
La pócima en cuestión, embasada por la firma ABANESCU, S.L, en La Junquera, Girona, España, se comercializa sobre todo en el viejo continente, al precio de 9.20 euros la botella (de 0.70 Le), cuya etiqueta reproduce la imagen de Fidel Castro, cuando era joven, claro está, a partir de una muy conocida foto con boina que le tomara Liborio Noval, el 7 de diciembre de 1961, en el Cacahual.
A juzgar por la cantidad y el prestigio mercantil de sus distribuidores españoles, así como por el entusiasta aparato de promoción que lo sostiene, este ron debe estar contando actualmente con muy buenos niveles de venta. Además, sus proveedores actúan en un radio de acción que abarca casi todo el mundo, con un eslogan que lo anuncia como “El ron de la Revolución”, y presentado en variedad de ofertas que van desde el ron blanco, refino y superior, hasta el añejo dorado.
Sin embargo, ningún cubano de a pie conoce su existencia, lo cual, a fin de cuenta, es otra prueba del buen proyecto de marketing que se han montado. Un ron que lleve como sostén el nombre y la imagen de Fidel Castro, resultaría desconcertante para nuestra gente, que lo ha oído adoctrinar a la juventud con preguntas como estas que extraigo textualmente de un discurso suyo, pronunciado el 4 de diciembre de 2002, en la Escuela Latinoamericana de Medicina, en La Habana: “¿Cuánto daño puede causar el ron a cualquier sociedad?” “¿Cuántas muertes por irresponsabilidad en accidentes debido a bebidas alcohólicas?”
Por lo demás, es previsible que el propio dictador en jefe tema que al pueblo cubano (conocedor de lo auténtico en materia de ron, aunque no pueda beberlo nunca, por sus precios) se le encendería la chispa del choteo si llegase a probar el de la marca Comandante Fidel, el cual, como muy bien pregona el eslogan, representa el “El ron de la Revolución”: falso, corrosivo, alienante e indigesto.


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jueves, 19 de septiembre de 2013

Antonio Rodiles dice que el régimen 'tuvo en sus manos la vida de Payá'

En cuanto al 'caso Carcassés', el activista acusa a Silvio Rodríguez de prestarse como 'instrumento' para limpiar la imagen del Gobierno.
El coordinador de Estado de SATS, Antonio Rodiles, que viajó este jueves a Madrid, indicó que la muerte de Oswaldo Payá supuso "una gran pérdida para los opositores" y cree que "el Gobierno tuvo en sus manos su vida y la capacidad de dejarlo o no dejarlo vivir".
Rodiles, también coordinador de la campaña ciudadana 'Por otra Cuba', se ha sumado a la familia del disidente, que solicita más investigación de la Fiscalía española por sus sospechas de la participación del régimen en la muerte de Payá, reporta Europa Press.
El activista ha señalado que, aunque no puede hacer una acusación firme, cree que "el Gobierno, la Seguridad del Estado, tuvo en sus manos su vida y la capacidad de dejarlo o no dejarlo vivir".
El activista admitió el caso de Payá es difícil, pero destacó que "las reacciones del Gobierno fueron muy confusas", ya que tardó una semana en convocar una rueda de prensa tras el accidente.
"El pasado oscuro que ha tenido el Gobierno de Cuba, y estas actuaciones, son indicios de que algo no andaba bien", destacó Rodiles, quien ha solicitado que la Fiscalía española escuche a los miembros de la familia y al sueco Aaron Modig.
Rodiles, quien aprovechará su visita a España para encontrarse con el secretario de Estado para Cooperación Internacional e Iberoamérica, Jesús Gracia, ha destacado que la situación en Cuba es difícil para intelectuales y políticos, porque "el Gobierno hacia el interior de la isla ha cambiado poco o nada".
"En algunos momentos, es incluso más agresivo", añadio.
"En mi casa, donde organizamos los encuentros de Estado de SATS, muchas veces somos golpeados, maltratados, secuestrados en coches y llevados a lugares inaccesibles", denunció el activista.
Rodiles ha destacado que las presiones del Gobierno de Cuba se trasladan no solo a los grupos políticos, sino también a artistas e intelectuales, como en el caso del cantante Roberto Carcassés, que la semana pasada recibió amenazas legales que no se concretaron al criticar al régimen.
"Fue un acto que tuvo mucha repercusión, dentro y fuera de Cuba, y el Gobierno dejó de ejercitar una presión sobre este artista, porque sabían que iba a dañar el escenario político", destacó.
En su opinión, Silvio Rodríguez "se ha prestado a ser un instrumento" para limpiar la imagen del régimen.

 
 
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Cuba 2020: opinan universitarios, militantes, obreros y desempleados

| Por Frank Correa
LA HABANA, Cuba, 18 de septiembre de 2013, www.cubanet.org.- ¿Cómo será  Cuba en el año 2020? Para hallar respuestas, Cubanet realizó un sondeo en los municipios  Playa, La Lisa, Diez de octubre,  Habana Vieja, Plaza, Regla, Guanabacoa y  Habana del Este.
Cincuenta entrevistados entre universitarios, técnicos, jóvenes y ancianos, militantes de organizaciones políticas, miembros de la sociedad civil y desempleados.
En la universidad  CUJAE conversamos con estudiantes que merendaban en las cafeterías de los cuentapropistas. Dijeron no verse como “brillantes ingenieros y arquitectos en el 2020, sino como empresarios de sus propias vidas,  siempre buscando la manera de salir adelante con sus familias”, aunque ninguno  contaba con un plan específico para realizar la tarea.
En la cola de la heladería Coppelia, encontramos jóvenes desprovistos de una visión para el futuro. Para algunos obreros, la visita al Coopelia era el único premio a una semana  de trabajo y  concluyeron   que “así había sido por  décadas  y   dudaban que en los próximos años no sería  igual”. Unos ancianos insistían en que  “todo tiempo  pasado fue mejor”  y   se mostraron  de acuerdo en “ya  no estar vivos para la fecha”. Vendedores ambulantes para los que “el 2020 estaba al doblar de la esquina y  debían apurarse en vender sus productos”,   hasta un economista serio y  bien  preparado, que  dibujó sobre su helado  una tabla X contra Y, con un ploteo de  “bajada  constante de la economía”, si no se lograba  instaurar una verdadera producción de bienes y servicios   y elevar la calidad de vida.
En Playa, el ambiente festivo y el  alcohol hicieron hablar más de la cuenta. Varios   técnicos medios de una empresa de alimentos, que vacacionaban  en  el hotel Playa Baracoa,  confesaron  “llevar   demasiados  años esperando  un cambio y  una mejoría,   se  habían habituado al inmovilismo,  a la   maldición que acompañaba  sus vidas    inmersas en  luchar  para subsistir”. Todos tenían un  miedo sembrado en el alma,  que les impedía  organizarse y ser partícipes de los intentos de cambio.   Confesaron “no conocer  a ningún líder de la sociedad civil. Ni a sus proyectos”.
Los  trabajadores por cuenta propia entrevistados,  revelaron “seguirle la rima a las medidas instauradas por el gobierno  y  estaban  a la expectativa,  porque  habían sido engañados otras veces y perdieron  la confianza  en el estado”.
Dos maestros de escuela primaria,  un profesor de la universidad de La Habana, un cobrador de la luz, un parqueador,  tres médicos de la familia, siete dueños de pequeños negocios, tres buzos, dos calandraqueros, dos corcheros, seis boteros, cuatro carretilleros, un babalao de la religión afrocubana,  cuatro  cristianos,  tres  católicos,  dos rastafaris,  un rosacruz,  cinco  técnicos medios, tres  obreros calificados, un músico, dos pintores, tres marginales  y un teatrista, coincidieron en que “el futuro es incierto y  en  los próximos diez años vamos a estar igual,  o peor, zapateándola para sobrevivir”.
El ochenta por ciento de los que abordamos  atestiguó,   “la   insoslayable  necesidad de un cambio”. Pero solo un  quince mostró “disposición de  impulsarlo”. La  mitad dijo optar   “como solución más viable marcharse del país”.
El muestreo de ¿cómo ven a  Cuba en el 2020?, tristemente arrojó “que no cambiará  mucho. Tal vez   algunas medidas  para  oxigenar el espíritu y  el bolsillo,  y  quizás  un nuevo presidente de la República, junto a  un nuevo secretario del partido y quien sabe si de  regreso  un  nuevo cargo de  Primer Ministro|”.



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Ángel Santiesteban: preso por no arrepentirse de sus escritos


| Por Ernesto Santana Zaldívar
LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -En estos días, una campaña preparada por el gobierno cubano en apoyo de sus agentes condenados en Estados Unidos ha ceñido con una fiebre amarilla de cintas enlazadas lo mismo edificios que árboles y personas, bajo el caricaturesco argumento de que se trata de una antigua tradición norteamericana.
Se supone que ese amarillento entusiasmo debe servir para que el presidente Barack Obama libere a los Cinco (que son cuatro), pero en realidad su mayor utilidad es nublar la visibilidad de otros reclamos más genuinos, más urgentes y más próximos a lo que de veras necesitamos los cubanos. Para no ir más lejos, la libertad de muchas personas que se hallan presas en nuestro país sin haber cometido delito alguno.
Uno de ellos, Ángel Santiesteban Prats, fue condenado a cinco años de prisión y recluido desde hace casi seis meses tras un proceso en el que no se demostró ninguna de las acusaciones que se le hicieron. Por supuesto, tanto antes como después del encierro, el punto en que más insisten los oficiales, lo mismo si lo maltratan físicamente que si le hablan con cortesía, es el referido a sus opiniones políticas. No quieren que reconozca haber quebrantado una ley del Código Civil ni ansían esclarecer los detalles de su crimen. Pretenden solo que abandone su posición crítica contra el gobierno cubano. Más concretamente: que deje de escribir como piensa.
Porque ese es el caso: se trata de un escritor incómodo para un régimen que no reconoce más puntos de vista que el suyo y que no tolera siquiera la queja de sus víctimas, para no hablar de las denuncias de sus abusos, etiquetadas siempre como campañas de mercenarios al servicio del imperio.
De todas maneras, por mucho que sea el encono contra Ángel Santiesteban, no parece esperable que este escritor vaya a extinguir por completo la injusta sanción. Entre las varias razones para ello, está el hecho de que no son pocos en el mundo los que no dejan que su situación caiga en el olvido.
Si este año se le ha otorgado en Praga el Premio Franz Kafka (concebido para escritores cubanos residentes en su país), es evidente que, además de añadir Santiesteban un galardón más a su carrera como narrador, los que abogan por su liberación reciben así un simbólico y valioso apoyo. El premio es, por supuesto, para un escritor notable, pero también recae sobre un escritor condenado a prisión por no arrepentirse de lo que escribe. Y sigue escribiendo.
No creo que Santiesteban haya intentado, en primer lugar, desafiar al régimen cubano. Intentó únicamente ser consecuente, como escritor, con sus ideas como ciudadano. O sea, se expresó con claridad a favor de la democracia y la libertad para su país. Eso, claro está, fue visto como un desafío por las autoridades. Y luego cometió un pecado peor: ante las advertencias y amenazas del poder, no se desdijo, no regresó al gremio protector de los escritores “cómodos”. Ya no importó si él mismo se catalogaba como disidente u opositor: de cualquier manera entraba en la lista negra.
Téngase en cuenta que la actitud de desmarcarse de todo criterio político no es particular de nuestro país, sino que se ha convertido en una característica de la escritura de la mayor parte de los escritores jóvenes en buena parte del mundo, desengañados de todo ideal emancipador y escépticos con cualquier tipo de compromiso que vaya más allá de la literatura. Claro, en Cuba esa actitud tiene generalmente la particularidad de que en ningún momento debe resultar sospechosa para el gobierno; nunca debe siquiera parecer que está “contra la revolución”: funesto pecado. De ahí las variantes endémicas del cinismo y la hipocresía intelectuales que carcomen la cultura cubana. De esos males se libró hace mucho tiempo Ángel Santiesteban. Naturalmente, los intelectuales cínicos e hipócritas fueron los primeros que le aconsejaron “no buscarse problemas”, los primeros en preguntarle: “¿Qué vas a resolver con eso? ¿Tú crees que vas a tumbar el gobierno?”. Ellos, antes que la misma policía política. Ellos, que ahora dicen no entender y que prefieren mirar hacia otro lado.
Aun si Santiesteban fuera liberado pronto, ya el mal está hecho, ya el daño ha lacerado un tiempo de su vida, pero no debe cesar el reclamo por su excarcelación. Seguramente nadie recela de la imparcialidad de un jurado que debe haberse limitado a elegir la obra que creyó más calificada entre las que se presentaron a concurso (por cierto, desde antes de entrar él en prisión). Sin embargo, también resulta indudable que este premio sirve para alimentar la esperanza de que la duración de su encierro será más breve.
Nota relacionada: Hospitalizado con sospechas de dengue escritor Ángel Santiesteban


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lunes, 16 de septiembre de 2013

Documento: Carta abierta de Roberto Carcassés


'Quizás me equivoqué al esperar que mis palabras dieran una imagen de tolerancia y evolución del actual gobierno cubano'.
Yo quiero que liberen a los cinco héroes, y que liberen a María. Libre acceso a la información para tener yo, mi propia opinión. Elegir al presidente por voto directo y no por otra vía. Que se acabe el bloqueo y el auto bloqueo, por favor. Ni militantes ni disidentes, todos cubanos con los mismos derechos. Si ya tengo la carta, que volá con mi carro? Yo quiero que liberen a los cinco héroes y que liberen a María.
Esto fue lo que canté en la tribuna antimperialista con motivo del acto por el quince aniversario del injusto encarcelamiento de los cinco héroes, generando una ola de reacciones diversas a favor y en contra. El Funcionario de Cultura que me citó al día siguiente -al cual respeto- me dijo también con mucho respeto que; esas declaraciones no se avenían con la línea de la revolución cubana, que ese no era el lugar para eso, que había sido oportunista y que por tanto se me aplicaría una sanción por tiempo indefinido, consistente en ser vetado en todas las instituciones regidas por ese organismo. O sea, siendo oportunista me perjudiqué yo mismo con mi actuar, puesto que vivo y mantengo a mi familia mayormente de las presentaciones en estos lugares. También según dijo; había traicionado a los familiares que fueron a llorar a sus hijos y padres que están en el encierro, que mis ideas nada tenían que ver con el objetivo de esa actividad político-cultural y mis palabras solo beneficiaban al enemigo.
Por más que veo el video y releo lo que dije no veo porqué, no se avienen mis ideas a la línea de la revolución cubana, si estamos tratando de mejorar nuestro sistema y se necesita coraje para perjudicarse uno mismo diciendo lo que se piensa. Estoy convencido de que en realidad hubiera sido oportunista, pararme en el escenario en una actividad político-cultural convocada por el gobierno y estar en absoluto acuerdo, cuando ese no era mi verdadero sentir. Además, mi intuición me decía que, si alguien se expresaba de forma diferente, muchos medios de comunicación que han silenciado la causa de los 5 se harían eco de la noticia y esto ayudaría a que se conociera más del caso. Quizás me equivoqué al esperar que mis palabras dieran una imagen de tolerancia y evolución del actual gobierno cubano. También creo haberme equivocado al comprometer a mis compañeros de grupo en algo que pueden o no estar de acuerdo pero que quizás no les interese expresar públicamente.
Vivo en Cuba porque es la tierra que más me gusta. Gozo y sufro de las mismas cosas que cualquier cubano. He viajado bastante, he aprendido como viven los cubanos que no están aquí y me he identificado con su realidad. Muchos han sufrido el desarraigo y la intolerancia del gobierno revolucionario y también son víctimas de la manipulación del poder cubanoamericano.
He seguido el caso de los Cinco y me identifico con su situación profundamente. Quiero que regresen a una Cuba en la que no tengamos que infiltrar gente en Estados unidos para evitar un terrorismo que es real e inhumano. Por eso creo que lo que dije, sí está relacionado con ellos y con todos los cubanos.
No creo que elegir al presidente por voto directo afecte nuestro sistema, más bien le daría al pueblo la posibilidad real de sentirse representado al más alto nivel.
El carro, llevo años tratando de comprarlo. Mandé una carta al ministro de cultura hace meses y otra al periódico Granma. El primero no me ha respondido y Granma respondió hace meses que; se evaluaba mi caso. Pero no la publicaron. Así que, no hable de esto irresponsablemente, sino con un antecedente de ignorancia por parte de las autoridades. Me importan los Cinco, pero me importa mi vida y la de los demás también.
Me disculpo con los familiares si en algo los molesté y reitero:
Yo quiero que liberen a los cinco héroes, y que liberen a María. Libre acceso a la información para tener yo, mi propia opinión. Elegir al presidente por voto directo y no por otra vía. Que se acabe el bloqueo y el auto bloqueo por favor. Ni militantes ni disidentes todos cubanos con los mismos derechos. Si ya tengo la carta, que volá con mi carro?
Yo quiero que liberen a los cinco héroes y que liberen a María.

Roberto Carcassés



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El color de René

| Por Jose Antonio Fornaris
LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org – Hace algo más de una semana, el día 3, René González, uno de los cinco oficiales del Ministerio del Interior de Cuba condenados en estados Unidos a largas penas de prisión por atentar contra ese país, llamó a los cubanos a exhibir el 12 de septiembre, de alguna forma, una cinta de color amarillo como  muestra  de solidaridad con sus compañeros en prisión, al cumplirse los 15 años de haber sido sometidos a juicio.
González es un estadounidense por nacimiento, aunque recientemente renunció a esa ciudadanía para poder permanecer en Cuba. En su exhortación, que fue reproducida por todos los medios de la isla, totalmente al servicio del Estado, dijo que la cinta amarilla es un símbolo “para el norteamericano que espera a alguien en una misión en el exterior, que espera a un soldado, que espera a un ser querido…”.
Bonito el gesto, pero a tener en cuenta que González nació un 13 de agosto.Según el zodiaco es leo, y los “leones” tienen preferencia por el color amarillo.
Y lo más importante, esa es una tradición de su país. Y se puede decir con toda honestidad: “Dios bendiga a  los Estados Unidos de América”, pero recordar que “nuestro vino de frutas si sale agrio es nuestro vino”.
En los últimos tiempos se han estado incorporando en Cuba, de manera sutil,  tradiciones de los Estados Unidos. El pasado año, hubo comercios donde las empleadas se disfrazaron el Día de las Brujas; también fue posible ver Santi Claus adornando sitios de venta de juguetes en los días cercanos a Navidad. Y hasta se vendieron pavos en jornadas previas al Día de Acción de Gracia.
De todas maneras, aunque en centros de trabajo se han vendido cintas amarillas de unos 60 centímetros de largo por cinco de ancho, a un peso con 20 centavos, y se ha exigido portarla a la vista, este asunto no ha tenido destacada acogida; cosa extraña porque aquí se abraza con júbilo, principalmente de parte de los jóvenes, todo lo que viene de Estados Unidos. Quizás eso ha sido porque es una “orientación” gubernamental.
Claro, eso no quiere decir que más adelante la cinta amarilla pase a ser un adorno-símbolo de singular importancia dentro del altar ego de muchos cubanos.
Eso y más es así porque el régimen durante decenios ha atentado contra el espíritu de la nación.
El vigor, el hálito nacional comenzó a perderse desde el mismo instante en que fue implantada una ideología extranjera, que para colmo es en extremo excluyente.
Luego, a la par que los derechos eran conculcados, fueron extirpadas las tradiciones. Y ahora somos un país sin tradiciones propias. Ni siquiera es posible rendir tributo a la República en el día que se conmemora su advenimiento.
El orgullo, algo tan necesario a los pueblos, de ser cubano, emigró. Una colega, Tania Díaz Castro, maneja la hipótesis de que Cuba y Estados Unidos forman parte de la desaparecida Atlántida, y que el permanente éxodo de los cubanos hacia el continente es como el regreso a la madre tierra.
Pero eso no explica, por ejemplo, porqué más de 120 mil compatriotas han obtenido la ciudanía española y otros 250 mil la tienen solicitada. Tengamos en cuenta que el siglo XIX hubo dos largas y sangrientas guerras para lograr la emancipación de España.
Hay que obligadamente realizar dos actos de importancia. Uno, enviar de regreso a su lugar de origen a la ideología comunista. Y  el otro, emprender el rescate de todos los valores que durante siglos formaron nuestro patrimonio como pueblo. Si no se hace, el riesgo de que desaparezca la nación continuará siendo muy serio.

Josefornaris@yahoo.com




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Mujer contra mujer

| Por Lilianne Ruíz

Foto Lilianne Ruiz
Fotos Lilianne Ruiz

LA HABANA, Cuba, septiembre de 2013, www.cubanet.org.- Lilia Castañer, con un grupo de seis personas, iba caminando por la calle 3ra, en Miramar, con la intención de asistir a Estado de SATS.
El panel de ese día, 31 de agosto, abordaría el tema El Cuentapropismo: Mito o realidad.
Cuenta que, llegando a la calle 60, vieron el Lada verde del agente Camilo, pero eso no les hizo desistir. Eran pasadas las 11 de la mañana.
En la medialuna que forman  las calles de 46A y 60, podía verse a los uniformados de verde olivo, los de la policía nacional revolucionaria y los agentes de la Seguridad del Estado que visten de civil, impidiendo el paso hasta la calle 1ra.
Alguien comentó:
-Esto está envenenado.
Apenas avanzaron 10 metros, cuando un patrullero se les echó encima para detenerlos.
A los hombres los llevaron a un “panelito” de la policía, y cerraron la puerta. A una de las mujeres la subieron a otro carro patrullero.
A Lilia Castañer primero le indicaron subir a un carro, pero luego cambiaron de idea: “Me pararon de frente a la calle 3ra, haciéndome una llave en el brazo como si fuera una delincuente”, relata.
“No resistí el dolor y grité: ¡Vivan los Derechos Humanos!”.
El agente Camilo, secundado por Vladimir González Saldívar, alias Volodia, dio la orden a dos mujeres policías de atacar a Castañer.
“Me tiraron muy fuerte del pelo hasta quedar acostada en el piso, y comenzaron a arrastrarme unos metros hacia el carro”.
Castañer narra que, cuando las dos uniformadas comprobaron que su cuerpo no ocupaba todo el espacio del piso del carro, sino que una parte quedaba fuera, volvieron a tomarla por el pelo y siguieron arrastrándola como a un bulto.
Al quedar  tumbada al antojo de la autoridad, las mujeres policías se sentaron encima de su cuerpo, una pegada a la nuca y la otra sobre los riñones, y siguieron golpeándola.
La llevaron hasta la Calzada del Cerro y allí la bajaron. Sus espejuelos estaban rotos. No llevaba dinero en la cartera, puesto que había ido hasta Miramar en la guagua. Tuvo que pedir ayuda. Alguien le hizo el favor de llevarla a la avenida de Carlos III.
La gente miraba caminar a la mujer de 65 años con la ropa sucia, las rodillas y la nariz con quemaduras, el pelo revuelto. En su interior solo un sentimiento de haber escapado hasta la próxima vez.
Botas militares sobre Damas de Blanco
Lilia Castañer es una veterana Dama de Blanco. Esta no fue la primera vez que padeció el peso de las botas del Ministerio del Interior sobre su cabeza.
El fenómeno de la violencia de las autoridades se va haciendo un hecho cotidiano que termina por causar una peligrosa invisibilidad. “Se va haciendo costumbre que las autoridades la emprendan a golpes contra opositores políticos y activistas, especialmente cuando se rebelan durante una detención arbitraria”, dice Castañer.
Uno de los hombres que iba en el grupo comentó para  este diario que lo más impresionante fue la hora en que se produjeron estos hechos, en una céntrica avenida.
Para documentar estas acciones, con la esperanza de poder procesar algún día a la autoridad implicada, existe Cubalex. Es un equipo de trabajo compuesto por abogados y médicos que, pese a no ser reconocido por las instituciones del Estado, ofrece asesoría legal a las víctimas.
Pero todavía no parece existir, de manera generalizada, la conciencia ciudadana que se oponga decididamente a las prácticas represivas de la policía política, que comenzaron en los albores del castrismo y se siguen ejecutando hasta el día de hoy.


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

Improvisacion de Robertico Carcasses