viernes, 30 de agosto de 2013

Más de 400 contagiados con cólera en Güines

Medio millón de “locos” se avecina

| Por Alberto Méndez Castelló
PUERTO PADRE, Cuba, www.cubanet.org – Arrastrados al torrente de la criminalidad por taras genéticas o por un medio social proclive al delito, no pocos reclusos de los que hoy integran la muy profusa población penal cubana, han terminado contrayendo enfermedades mentales.
Cinco prisiones de máxima seguridad y otras 195 cárceles, conforman el sistema de establecimientos penitenciarios de la Isla, donde, según fuentes oficiales, cumplen sanciones unas 50 mil almas, aunque organizaciones de Derechos Humanos sitúan esa cifra entre 60 y 75 mil.
De cualquier modo, si a las cifras anteriores sumamos los detenidos, esos que por diversos motivos pasan desde unas horas hasta una semana en los calabozos de las estaciones de policías, suponiendo sólo cinco detenidos por municipio cada día, veremos que cerca de mil cubanos más son privados de libertad cotidianamente, número que habría que multiplicar después por los 365 días del año.
¿Están actuando los legisladores cubanos con visión futurista en materia de demencia y crimen? Según el V Congreso Iberoamericano sobre Enfermedad de Alzheimer, que sesionó en La Habana, entre el 20 y el 22 de octubre de 2011, 130 mil personas padecen demencia en Cuba. Pero si esta cifra es alarmante, todavía lo es más el pronóstico: según los especialistas, los dementes podrían triplicarse para 2040.
Esto significa que en una población envejecida, de unos once millones, casi medio millón padeceremos algún tipo de enfermedad que nos imposibilite para comunicarnos entre nosotros y discernir adecuadamente.
Las eximentes de la responsabilidad penal están bien definidas en dos apartados del Artículo 20, del Código Penal: está exento el que comete el hecho delictivo en estado de enajenación mental, trastorno mental transitorio o desarrollo mental retardado si por alguna de estas causas no posee la facultad de comprender el alcance de su acción u omisión o de dirigir su conducta.
Ahora bien, estos dos apartados no se aplican si el que comete el delito se ha colocado voluntariamente en estado de trastorno mental transitorio, por la ingestión de bebidas alcohólicas o sustancias sicotrópicas.
Pero si el alcoholismo se está convirtiendo en una pandemia en Cuba, que influye ya de manera preocupante en la criminalidad, las fracturas y los desamores familiares no lo están haciendo menos.
“Diríamos que hoy la nación cubana necesita, de parte de sus especialistas, precisión de relojería suiza; cada uno de nosotros cuenta como un tesoro incalculable y debíamos elevar al rango de frustración nacional la de cada familia con un hijo en la cárcel”, dijo un sociólogo al que yo había preguntado si no son demasiados los presos en Cuba.
“Las modificaciones al Código Penal, que se pondrán en vigor a partir del próximo 1ro de octubre, en alguna medida reducirán la población penal, al optar el legislador por la sanción de multa en lugar de la de privación de libertad”, me respondió, por su lado, un notable abogado penalista. Pero, ¿y los que ya están en la cárcel…? ¿Y los futuros reclusos?, preguntaba al mismo tiempo.
Sólo una modificación concerniente a la salud mental ha tenido en cuenta el legislador, al adecuar las leyes penales a los días que vive Cuba: autorizar para que sea el Tribunal Provincial del territorio donde el recluso cumple sanción, para que sea éste, sin recurrir al que ejecutó la sentencia, quien designe el hospital psiquiátrico donde se interne al preso enajenado repentinamente.
Una muerte me viene ahora a la memoria: la de Harold Brito Parra, paciente psiquiátrico de la prisión provincial de Las Tunas. Muerto, más que por tardía atención médica, por la lenta, apabullante y desconsiderada atención jurídica. En iguales circunstancias, Harold moriría también hoy, con todo y las muy recientes modificaciones al Código y a la Ley de Procedimiento Penal.


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

martes, 27 de agosto de 2013

Iván Fernández Depestre, grave tras casi un mes en huelga de hambre


Fue condenado a dos años de prisión por participar en una marcha pacífica.
El preso político Iván Fernández Depestre, en huelga de hambre desde el 30 de julio, se encuentra en grave estado de salud y ha sido trasladado al hospital Arnaldo Milián, de Santa Clara, desde la Prisión Guamajal.
"Estaba rodeado de médicos y lo veo bastante mal, ha perdido muchísimo peso y lo están pinchando por todos lados, no le pueden coger las venas, lo veo muy grave", dijo Luis Enrique Santos Caballero, miembro de la Coalición Central Opositora y del Frente Nacional de Resistencia Cívica Orlando Zapata Tamayo.
De acuerdo con un comunicado del Directorio Democrático Cubano, Fernández Depestre fue detenido el 30 de julio de 2013 durante una marcha para recordar al mártir Frank País en Placetas.
Fue juzgado sumariamente el 2 de agosto y condenado a dos años de prisión por "peligrosidad social pre delictiva" y trasladado a la Prisión El Pre, en Santa Clara.
El 19 de agosto activistas confirmaron que Fernández Depestre se encontraba en la huelga desde el mismo día en que fue apresado, por lo que su situación era crítica.
Sus familiares no le prestan asistencia alguna por temor a represalias de la Seguridad del Estado.


 poste by: "  Comité Pro Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos:

lunes, 26 de agosto de 2013

Bixi taxis: caos en las vías, escándalo en las esquinas


| Por Víctor Manuel Domínguez
LA HABANA, Cuba, agosto,www.cubanet.org - La crisis del transporte en Cuba genera medios alternativos que afean o contaminan el entorno, alteran la tranquilidad ciudadana, ponen en peligro la vida de pasajeros y transeúntes, y no resuelven nada, opinión bastante generalizada en la capital.
Desde los extintos camellos, pasando por las “cativanas” y los coches tirados por caballos, los camiones y los autos particulares con más de medio siglo de explotación (almendrones), hasta la llegada de la era de los bici taxis, el tema del transporte no genera otro concepto popular que no sea la crítica, entre quienes se ven obligados a viajar en estos medios.
Sin embargo, las opiniones entre quienes emplean  los medios alternativos de transporte para trasladarse,  y los propietarios que viven de ellos, son muy diferentes. En el último mes, la puesta en funcionamiento de una flotilla de ómnibus arrendados a choferes estatales unidos en cooperativas, ha puesto el tema a consideración de la opinión pública nacional.
Según quienes dudan de la utilidad de los bici taxis, estos sólo crean problemas, pues sus conductores son desaseados, imprudentes, tomadores de ron, ponen la música en sus vehículos a toda voz y a cualquier hora del día, y amanecen en grupos en las esquinas alterando la tranquilidad de los vecinos, y propiciando conductas ilegales.
Amanda Rosado, una señora de 67 años de edad que reside frente a la piquera de bicitaxis ubicada en la esquina de Belascoaín y San Rafael, en Centro Habana, dice que allí la música estruendosa de las reproductoras de los coches, así como las discusiones y palabras obscenas hasta bien entrada la madrugada, apenas dejan dormir o ver la televisión.
“Pero no sólo es la molestia constante que generan, sino también que obstruyen el paso, provocan accidentes, y convierten las paredes de las casas en un urinario público, ya que los establecimientos en divisas, cuando tienen baños abiertos, es sólo para los consumidores”, expresó.
Asimismo, una joven bibliotecaria que reside en Gervasio y Zanja, al lado de la funeraria en Centro Habana, asegura que los bici taxis y sus conductores engendran el caos en la vía y no alivian para nada la transportación, pues sus precios son prohibitivos para el ciudadano común, que vive de un salario estatal. “Además de caros y ruidosos, son muy incómodos”
.
¿Quién que gane 400  pesos al mes puede darse el lujo de pagar 20 por una carrera desde el Gran Teatro de La Habana hasta Gervasio? ¿O diez desde Belascoaín a la calle Hospital, para luego bajar a pie hasta el Hospital Emergencia o el policlínico Van Troy?, se pregunta la joven y concluye: “Si este es un mal necesario, prefiero caminar. Es más saludable y seguro.
Pero Adán Terrero, un conductor de bici taxi de San Miguel de Padrón que trabaja en Centro Habana, considera que el pueblo cubano es mal agradecido y cobarde, pues aunque el gobierno apenas le garantiza la transportación, y multiplica los precios por 100, nadie se queja ni protesta contra ellos, como sucedió en Brasil por unos kilos de más.
“Es muy cómodo y cínico tomarla con nosotros, que tenemos que pagarle 150 pesos mensuales de impuesto a la ONAT, igual cantidad y en el mismo término al parqueador, más 87.50 dicen que para la jubilación, y 100 cada seis meses para actualizar los parámetros que le exigen a un chofer profesional para conducir”, expresó.
Además, nosotros ofertamos un precio, lo aceptan o no. Trabajamos con nuestro cuerpo (no se permite motor), nos enfermamos de la próstata de dar tanto pedal sobre un sillín, tenemos que alimentarnos con cajitas de comida, arreglar el coche, comprarle las piezas y demasiado seguido pagar una multa o sobornar a un inspector, para ganar algo que se va en el mes ¿Quieren que los transportemos de gratis, o qué?, señaló el indignado conductor.
Las opiniones están divididas entre los pasajeros y el conductor. El estado pone curitas temporales al transporte, pero no da solución. Mientras tanto, el pueblo trabajador, ante la falta de ofertas por parte del gobierno, se ve obligado a moverse en bicitaxis o almendrón.


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"