miércoles, 27 de febrero de 2013

Base Naval de Guantanamo: Testimonio de un exodo



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                                                          CAPITULO III

                                        EL GUARDACOSTAS AMERICANO

Cuando subí al Buque americano, me entregaron una frazada, almohada y se me puso una manilla plástica en la mano derecha. Esta tenía un número. A mi  me tocó el 68.  Para desayunar,  almorzar y comer debíamos enseñar este número, el cual iban anotando en una lista. A todos les hacían  lo mismo.
Nos trasladaron hacia la Popa de la embarcación. En esta parte del navío venían unos 100 balseros más, los cuales habían sido recogidos  en días anteriores. Eran de Pto Padre, Camagüey, Matanzas, y  la Habana... Después que fue recogido el último balsero, la lancha fue subida al Guardacostas y enfiló proa hacia   La Base Naval de Guantánamo. Emprendíamos un involuntario viaje de regreso a Cuba.
Todos estaban tirados en el piso. Me acomodé como pude y me acosté entre ellos.
Amaneció, era el día 1ro de septiembre de 1994. Un soldado, o mejor dicho un marino, cuidaba nuestro sueño y evitaba que pudiéramos salir del área a la que habíamos sido asignados. Era la primera vez que veía a un marino estadounidense y muy por el contrario de lo que se dice en Cuba, me pareció una persona educada y amable y muy atenta a nuestras necesidades. Vestía un overol azul, kepi y botas altas, no portaba armas y traía un boqui-toqui.
Con nosotros se comunicaba un oficial de origen cubano de apellido Pérez.  Tendría unos 39 años de edad, de mediana estatura, algo pasado de peso llevaba gafas oscuras.  Vestía pantalón azul, camisa beige, kepi y en el bolsillo izquierdo de su camisa traía una medalla y placas condecorativas  ganadas en la guerra del Golfo. Había salido de Cuba, cuando tenía 5 años de edad. Ahora parecía un auténtico americano.
Se improvisó un servicio sanitario con frazadas y como letrina se utilizaba un cubo. Esta parte del Guardacostas estaba resguardado por una lona que servía de techo y nos protegía del sol, la lluvia  y el sereno.
En la Proa  de la embarcación, venían unos 100 haitianos, con el mismo destino nuestro: “Base Naval de Guantánamo”
Por estos días se había desatado un fuerte éxodo de ciudadanos haitianos hacia los Estados Unidos  y eran, al igual que los cubanos, interceptados en  el mar y llevados para la Base. No los veíamos, pero escuchábamos sus voces.
Sobre las 8:30am, se nos trajo el desayuno. Era una especie de harina, pero no de maíz, sino de un cereal insípido, no era dulce, ni salado. ¡Sabia a rayos! ¡Cómo, en esos momentos, añoré la harina de maíz que me hacía la viejita María, en los días que visitaba a Holguín!
Sobre la 1 de la tarde fuimos pasando uno a uno, en la misma área, para recoger el almuerzo. Nos sirvieron los mismos marinos en un plato plástico, cucharita plástica y un vaso  de cartón, para tomar agua.
Almorzamos: Arroz blanco  y potaje de frijoles negros. Estos daban la impresión de ser enlatados, por el sabor extraño y lo espeso del condumio. Al mezclar el potaje con el arroz parecía un congris y no un arroz con potaje como el que estaba acostumbrado a comer. El agua la tomábamos de un termo que pusieron a nuestra disposición.

Continuará

Ángel Santiesteban ante las leyes del gobierno cubano


| Por Ernesto Santana Zaldívar
“Nuestras leyes no son conocidas por todos, en realidad son un secreto del pequeño grupo de aristócratas que nos gobierna. Estamos convencidos de que estas leyes se cumplen con rigor, pero no deja de ser algo bastante penoso que nos dominen leyes que no conocemos”: Franz Kafka, hace casi cien años.
LA HABANA, Cuba, febrero, www.cubanet.org .- El hostigamiento de la policía política cubana contra el escritor Ángel Santiesteban no comenzó luego de la aparición de su blog Los hijos que nadie quiso (así se llama el libro de cuentos suyo que mereció el premio Alejo Carpentier en 2001), sino mucho antes, pero el nacimiento del blog significó que ese acoso se convirtiera en ensañamiento.
Y no han bastado palizas, ni amenazas de muerte, ni las más rocambolescas acusaciones, ni un proceso judicial desbordante de falsedades y procedimientos arbitrarios, ni una inaudita condena a cinco años de privación de libertad. Nada de eso ha sido suficiente. Los que manejan desde la oscuridad los hilos de esa conjura han precisado incluso del más grotesco desparpajo y de un absoluto irrespeto por las leyes a las que supuestamente se deben. No hay lugar para el imperio de la ley en el imperio de la contrainteligencia.
Ya llevaba Ángel Santiesteban varias semanas esperando ser llevado a prisión cuando, el 23 de febrero, volví a encontrarlo en el espacio de Estado de SATS, donde se efectuaba un encuentro para dar seguimiento a la Demanda Ciudadana por otra Cuba. Al final de la concurrida cita conversamos sobre el momento actual de la dilatada historia de su caso.
En diciembre se le había comunicado la sentencia de cinco años de cárcel. De inmediato su abogado hizo la apelación al Tribunal Supremo, que con prontitud, ya en enero, la declaró “sin lugar” y no dio explicación alguna. El letrado pidió entonces una respuesta detallada porque, cuenta Santiesteban, “el problema es que me sancionaron ilegalmente porque lo hicieron sobre un acápite que no era el debido, por una confusión, de manera que la sanción no está de acuerdo con la ley”.
Además de eso, en los próximos días, él y su abogado harán entrega de una petición de revisión de la causa: “En la apelación no se podía hablar más que sobre lo que sucedió en el juicio, solo acerca de la forma, porque se apela al Tribunal Supremo únicamente si hay una violación formal, que la hubo. Pero en la revisión de causa se puede hablar de forma y contenido, se puede ya cuestionar todo. Se le entrega a tres instancias, entre ellas la Fiscalía y al Tribunal Supremo, que no están obligadas a acoger la revisión. Es como ellos decidan. Y, mientras, seguimos esperando una respuesta explicada del Tribunal de por qué no hay lugar. ¿Cómo van a justificar ellos que se equivocaron en la sentencia? Declaran que la apelación es «sin lugar» porque no pueden justificar su error”.
A pesar de todos esos abusos con los que la policía política intenta, no encerrar a un delincuente peligroso, sino silenciar por completo a un escritor, a un ciudadano al que considera más peligroso aún, internacionalmente se ha levantado la voz de prestigiosas organizaciones y de personas que no aceptan que se cometa de manera impune tal atropello. Reporteros Sin Fronteras le envió una carta a Raúl Castro sobre su caso. Freedom House ha expresado su preocupación ante un castigo de clara índole política. Amnistía Internacional, por su parte, ha asegurado que, si por fin lo obligan a guardar prisión, incluirán su nombre en la lista de los que considera prisioneros de conciencia en nuestro país. Además, el Pen Club de Cuba ha hecho pública una carta en la que denuncia esta injusticia que se comete contra él. El 22 de febrero, el Pen Club Internacional hizo circular un documento con similar propósito. Escritores cubanos residentes en el extranjero, como Amir Valle y Carlos Espinosa, han recogido muchas firmas o han escrito textos en solidaridad con Ángel.
Como es natural, entre los escritores dentro de Cuba solo ha recibido el apoyo de unos pocos, de manera personal y privada, y Ángel Santiesteban está seguro de que no puede esperar ningún respaldo de los escritores de su generación, que fueron lastimados y humillados cuando eran jóvenes y que entonces no se defendieron ni ellos mismos. “¿Ahora de viejos van a defender a alguien?”, se pregunta. “Aguantaron callados a que el Dios de la Revolución los perdonara o los necesitara y les diera cargos y posiciones para cubrirse un poco”. Está convencido de que “esos que dudan sobre mi situación y dicen que hay ver lo que en realidad «está pasando ahí», sencillamente tienen miedo y no quieren aceptar la verdad. Si reconocen que lo que se comete conmigo es una injusticia, saben que ya se están marcando. Así que mejor dicen algo vago, que hay que tener cuidado, que no saben”.
Y claro está que él comprende por qué adoptan esa actitud. “Yo pasé por ahí”, reconoce, “todos pasamos por eso de concentrarse en escribir la obra de uno y no meterse en problemas”. Y piensa que, sin embargo, después puede llegarte la urgencia de algo más que esa escritura solitaria: “Te vas desarrollando, vas evolucionando y al final dices que eso no es suficiente y que necesitas hablar como ciudadano, no solo como escritor. Eso lo digo en un post reciente”.
Porque, sí, por suerte, no obstante todo este absurdo purgatorio, Santiesteban sigue haciendo lo que mejor sabe hacer. “Escribo en el blog por lo menos un post semanal, y hasta dos o tres. Precisamente hoy 23 se publica en internet Isla interior, un libro con una selección de posts míos para apoyar este encuentro sobre la Demanda Ciudadana por Otra Cuba en Estado de SATS”. También, en los próximos días, saldrá un dossier con textos —publicados ya o escritos especialmente para eso— de intelectuales que se han solidarizado conmigo y que luego Amir Valle va a repartir en Cuba”.
Y no solo el blog. Santiesteban sigue escribiendo, además, muchos cuentos sobre sus experiencias más recientes, sobre lo que ha vivido en los últimos tiempos, sobre la disidencia política cubana. De manera que ya ha acumulado varios libros inéditos, algunas novelas incluso, pero la novela es un género que necesita un aliento más largo y le resulta más trabajoso completar la redacción y dar el último acabado. Con los cuentos se siente mucho más cómodo, porque puede soltarlos a veces de un único tirón. Sin embargo, lo que más le piden sus editores en el extranjero son precisamente novelas, no cuentos, ya que este género tiene menos demanda. Afortunadamente, también pronto saldrá editado en Praga su libro de cuentos titulado Zona de silencio. Como está consciente de que en cualquier momento lo pueden llevar a prisión, dedica mucho tiempo a escribir, casi desesperadamente. Eso, por otra parte, lo ayuda mucho a soportar la tensión con que tiene que vivir. Hay gente que se asombra y le pregunta cómo es que puede estar “tan tranquilo”. “¿Pero qué voy a hacer?”, se encoge de hombros. “Sigo haciendo lo mismo de siempre. Me aconsejan que no venga a Estado de SATS, que me cuide, que eso puede perjudicarme más todavía, pero tengo que venir aunque sea como hice esta vez. Llegué a casa de Antonio Rodiles anoche y me quedé a dormir aquí, por si acaso hoy cercaban el lugar”.
Tienen razón quienes se asombran de que mantenga tal serenidad. Nadie puede estar seguro de cómo reaccionaría si le tocara la suerte de estar en su lugar con una condena de cinco años de prisión pendiendo sobre él. Pero mayor asombro se siente cuando uno se pone a imaginar hasta qué altura de la pirámide del poder llegan los hilos de este guiñol político. Todo induce a suponer que las manos que los mueven no están en ningún nivel judicial, ni siquiera en el Tribunal Supremo o la Fiscalía. ¿A qué altura se maneja el destino de este escritor si, como él mismo sospecha, se esperaba a la clausura de la Feria Internacional del Libro para lanzarlo por fin a la cárcel? ¿Cuál es esa autoridad que puede determinar y demorar a voluntad ese conteo regresivo? ¿En cuál alto escalón se halla? Lo que sí puede darse completamente por seguro es que se encuentra más allá del nivel de las instancias judiciales.
El abogado dijo, cuando anunciaron la condena: “En siete días te llevan preso. Eso es lo normal. A los siete días: Vaya, se están demorando, espera diez días. A los diez días: Ya yo no sé, Ángel. Eso es un muro. Tú tiras una piedra por encima, pero no sabes lo que hay del lado de allá del muro. Puedes tirar la piedra, pero te será imposible saber si del otro lado hay agua, si hay tierra, si cayó o no cayó la piedra, si recogieron la piedra o no, si hay gente, ni quiénes son. Tu única certeza es que tiraste la piedra. Así que no me preguntes más sobre tu caso, porque tu caso no es algo legal ni tiene nada que ver con las leyes. Tú mismo no tienes nada que ver con el Código Penal ni con ninguna ley”.
O sea, el “no hay lugar” significa que “no hay lugar” para la ley. No hay ley realmente. Una situación que parece imaginada por Kafka y que hace recordar otro texto suyo: “Ante la Ley se encuentra un guardián que protege la puerta de entrada. Un hombre procedente del camp,o se acerca a él y le pide permiso para acceder a la Ley. Pero el guardián dice que en ese momento no le puede permitir la entrada”. El hombre aguarda allí por el resto de su vida y, cuando está a punto de morir, le pregunta al guardián: “«Todos aspiran a la Ley. ¿Cómo es posible que durante años solo yo haya solicitado la entrada?» El guardián comprueba que el hombre ha llegado a su fin y, para que su débil oído pueda percibirlo, le grita: «Ningún otro podía haber recibido permiso para entrar por esta puerta, pues esta entrada estaba reservada solo para ti. Yo me voy ahora y cierro la puerta»”.
Nota: El 25 de febrero, después de haber escrito este texto, el autor recibió un e-mail de Ángel Santiesteban donde le informa que ha sido citado para presentarse mañana día 28 en el Tribunal Supremo para ser enviado a prisión, a cumplir su sentencia de cinco años


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martes, 26 de febrero de 2013

Un mal endémico


Malas costumbres

 | Por Martha Beatriz Roque Cabello
LA HABANA, Cuba, febrero, www.cubanet.org -Los tiempos cambian, eso es algo que no tiene discusión, pero hay normas morales que rigen la conducta humana y que se mantienen a través de los años. Si bien es cierto que aquello que no fue permitido socialmente en algún momento de la historia de la humanidad, ahora sí lo es. Pero hay aspectos de la educación formal del ser humano que no pasarán al olvido, porque en ellos se afinca la civilización.
En nuestro país ha decaído mucho el comportamiento ético a nivel social. Y en ello ha tenido una fuerte influencia el abandono de las autoridades, no solo a la hora de evitar que se produzcan los problemas, también por no ayudar a resolverlos. Hay muchos ejemplos, desde los que hacen el amor en el Malecón, porque fueron cerradas las posadas, hasta las mujeres con pantalones pélvicos que, para estar a la moda, van enseñando el final de la espalda, al que llaman popularmente “alcancía”.
Pero hay algo que afecta aún más el ejercicio de la decencia en las calles: la falta de baños públicos, que se ha convertido en un problema nacional. Los individuos salen a la calle y no encuentran dónde hacer sus necesidades fisiológicas. Algunos se ven en situaciones apremiantes, y lo hacen en plena vía pública porque no les queda alternativa. Pero hay otros que ya han hecho una costumbre de esa práctica antihigiénica y grosera.
Los tanques de basura, las escaleras, los edificios derrumbados en algunas esquinas, son lugares utilizados como retretes al aire libre, sin que parezca importarles a sus usuarios, casi siempre hombres, que los estén mirando. La policía hace caso omiso de ello, al igual que el Ministerio de Salud Pública, a pesar de que es algo que se repite en cualquier barrio, en particular en la capital del país.
Después que han pasado unos cuantos “clientes” por el basurero, también lo visitan los llamados buzos, entre los cuales no hay distinción de sexo, ni de edad.  Ellos se llevan cualquier cosa que les pueda ser útil, incluyendo desperdicios de comida, que siempre son escasos, porque la gente no tiene para botar.
El pasado día 15 de febrero, el periódico Granma, órgano oficial del partido comunista de Cuba, publicó un artículo titulado “Rebuscando comida en basureros”.  Trata de dos jóvenes que registran en los basureros con el objetivo de localizar residuos comestibles: restos de pan, chocolates y verduras. Son alemanes y distribuyen la comida gratuitamente a través de un sitio web que se llama “compartiendo la comida”.
Según lo que explica la noticia, en Europa y América del Norte, cada persona malgasta un promedio de entre 95 y 115 kilos de alimentos al año, y con frecuencia tiran a la basura muchos productos alimenticios antes de que caduquen.
Hay una gran diferencia entre los “buceadores” cubanos y los de Europa, claro está, pero el Granma solo habla de los extranjeros. Los nacionales no tienen internet para proponerse ayudar al prójimo, pero tampoco pueden hacerlo, ya que lo poco que recogen lo necesitan para ellos mismos.
Toda esta manipulación en la basura conlleva a enfermedades y da una idea del relajamiento que existe en el país con respecto al control de las buenas costumbres. Sin embargo, como siempre, el gobierno cubano ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

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Base Naval de Guantánamo: Testimonio de un éxodo


"EL CARIB TRADE" CAPITULO ll (Continuación)



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¡Cosa curiosa!  Habíamos  navegado más de 70 millas sin ningún tipo de protección  o seguridad y ahora para navegar 300 mts se nos protegía  con un salvavidas.
Fui uno de los últimos en dejar el “Carib Trade”. Junto a mi  venían  Sandra, Tony, Paquito, Alexandre y Andrés. La capacidad total de la lancha era de 10 personas, incluidos sus  4 tripulantes. Bajamos por la misma escalerilla que habíamos utilizado cuando fuimos rescatados.
Uno de los marinos de la lancha me saludó en español y me acomodó en uno de los asientos laterales.
Nos íbamos satisfechos y complacidos del trato recibido y del comportamiento de toda la tripulación del “Carib Trade”.
En nuestras mentes y nuestros corazones  quedarán grabados para siempre  los  nombres  del Carib Trade, Enrique, Osvaldo, Luis, Manolo, Ernesto, en fin de todas las personas que salvaron las vidas de 33 balseros cubanos, que huyendo del infierno comunista cubano, estuvimos a punto de perder nuestras vidas en  el Estrecho de la Florida, en busca de libertad




(Continuará)

lunes, 25 de febrero de 2013

A cinco años de la firma


 | Por Yaremis Flores
LA HABANA, Cuba, 25 de febrero de 2013, Yaremis Flores/ www.cubanet.org.- El 28 de febrero de 2008, el entonces canciller cubano Felipe Pérez Roque firmó los pactos de la Organización de Naciones Unidas (ONU). A sólo días de cumplirse 5 años de ese acontecimiento, miembros de la sociedad civil cubana cuestionan por qué estos no han sido ratificados y lamentan la deplorable situación de los derechos humanos en la isla.
En el espacio Estado de Sats, el pasado sábado 23 de febrero se alzaron varias voces en un programa de análisis acerca del tema. El debate transcurrió con preguntas precisas y respuestas acertadas del prestigioso panel, moderado por Antonio Rodiles, coordinador de la Demanda Ciudadana.
Muchos países han pedido a Cuba la ratificación de los pactos. El 5 de febrero de 2009, Cuba fue sometida por primera vez a una revisión de los derechos humanos en su territorio, lo que se conoce  como examen periódico universal (EPU). Es un mecanismo que evalúa la situación de los derechos ciudadanos en los 192 países que conforman la Organización de Naciones Unidas.
En esa ocasión, Chile, Francia y otros estados sugirieron a Cuba que pusiera en práctica los pactos internacionales lo antes posible. Canadá sugirió facilitar la difusión pública de esos tratados y velar por que todos los cubanos conozcan los derechos que figuran en ellos.
Aunque las recomendaciones no fueron rechazadas de plano, el Gobierno expresó que el tema sería examinado. La demora en la ratificación ha sido justificada con que necesitan tiempo para realizar una adaptación de la legislación nacional.
La firma de los Pactos de la ONU y su posterior ratificación obligaría a Cuba a hacer importantes reformas en el sistema jurídico. Pues algunas de las libertades que garantizan esos protocolos son consideradas delito en el país. No existen libertad religiosa, independencia judicial ni libertad de expresión, por solo mencionar algunas.
Pero incluso una vez ratificados, el Consejo de Estado puede emitir reservas respecto a algunos aspectos. Fidel Castro, en una de sus reflexiones publicadas, sentenció que el tratado debería firmarse manteniendo reservas en temas como el de la Educación.
Sin ser demasiado optimistas, quizá en un futuro podamos disfrutar experiencias como la de Bolivia, que ratificó los pactos y recientemente uno de sus tribunales declaró inconstitucional el delito de desacato a la autoridad, por contravenir la libertad de expresión reconocida internacionalmente. Por ese delito son encausados frecuentemente quienes se oponen al sistema político cubano.
El primero de mayo próximo, Cuba será sometida nuevamente al EPU, desde las 2 y 30 hasta las 6 de la tarde. Muchos países aplaudirán las “reformas” en la isla.
Otros insistirán en la necesidad de ratificar los pactos. El Gobierno cubano de seguro alegará que ningún país puede violar el derecho de autodeterminación de los pueblos. Y en cierta medida es cierto. Son los cubanos los que deben presionar por la ratificación, tanto los que viven en la isla como los del exilio.


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Base Naval de Guantánamo: Testimonio de un éxodo




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Se nos acercó el Capitán, junto a su segundo y  jocosamente le recordé que le debía una fortuna a su subalterno, debido a la apuesta.
-¡Si la apuesta llega a ser en serio me hubiese ido desnudo para mi casa!-
Nos habló de cómo era la vida en USA, de los trabajos que pasó para salir de Cuba, la situación que confrontó con un barco que se le incendió y le pedían 20 años de prisión por ese motivo.
También nos dijo que lo mas mal que hacían algunos cubanos que llegaban a Estados Unidos, era meterse en problemas de drogas, que aquí se gana lo suficiente para vivir una vida decente y decorosa. Que este era un país de oportunidades. Nos orientó y nos aconsejó como debíamos comportarnos, una vez que llegáramos  a Norteamérica. Nos dio su teléfono y dirección para cuando llegáramos lo llamáramos. Enrique, es una persona admirable, fluida y elocuente en el hablar. Todo un cubanazo.
Antes de irme a dormir, le entregué una nota  y el teléfono de  Chano, tío de mi esposa, el cual vive en USA.  En ella decía: “Chano, llama a Marina y dile que Sandra, Tony, Alexander y Pedro están bien y que estamos  en la Base Naval de Guantánamo”. Gracias. Pedro.
Le hice la observación a Enrique, que debía llamar a Chano inmediatamente, para que nuestros familiares en Cuba, supieran que estábamos vivos y tranquilizarlos. El, por su parte, me aseguró que lo haría en cuanto llegara.
Enrique, me había dicho que el Guarda Costa  Americano, nos recogería sobre las 5 am, por lo que me fui a dormir a la 1am. Algunos compatriotas continuaron departiendo con la tripulación. Las mujeres durmieron en camarotes, yo lo hice en la cubierta del “Carib Trade” Acomodé unos cartones y me acosté encima de ellos. La noche estaba fresca y oscura. Me quedé dormido pensando en mis seres queridos.
A las 5 de la mañana me despertaron. Era el jueves primero de septiembre de 1994.
El guarda costa americano se encontraba a unos  400 o 500 mts. del “Carib Trade”. Las luces del guarda costas me permitió ver como bajaban una lancha rápida de salvamento, la cual vendría en nuestra búsqueda. La lancha traía encendido un potente reflector que lo alumbraba todo. El mar continuaba furioso y la lancha era bamboleada por las fuertes olas.
A los lejos se veían unas luces, o mejor dicho un gran resplandor, como el de una gran ciudad. Luego supimos que era Miami
Antes de marcharme, subí a la cabina para despedirme de Enrique, su segundo y el timonel. Me deseó suerte y éxito. Por mi parte  patenticé mi eterno agradecimiento y que nunca olvidaría lo que habían hecho por nosotros. Le aseguré que desde el momento en que nos rescataron habían pasado a formar parte de nuestra historia y que el mundo entero admiraría su noble gesto. Nuestra despedida quedó sellada por un fuerte abrazo. Bajé a cubierta. Ya el primer balsero se encontraba sentado en la lancha de rescate. Esta se mantenía pegada al barco por medio de una  soga y a pesar del fuerte oleaje se mantenía firme.
A cada persona que descendía del “Carib Trade”, se le proveía de un salvavidas.


(Continuará)

Nueva célula de la UNPACU en Santiago de Cuba

La célula de la UNPACU en Santiago de Cuba rinde honor al mártir Orlando Zapata Tamayo, con su nombre, pero también, con el coraje y la valentía que muestran estos jóvenes al lanzar sus consignas, lo que muestra que en Cuba hay muchos jóvenes con una profunda convicción patriótica, dispuestos a cambiar el rumbo de su patria.

Protesta de la madre de joven en huelga de hambre.

domingo, 24 de febrero de 2013

Represión y arrestos contra las Damas de Blanco


Asamblea Nacional se estrena con arrestos y represión en las calles

A solo unos kilómetros del Palacio de las Convenciones, brigadas paramilitares acosaron y detuvieron a 56 Damas de Blanco.
Decenas de activistas han sido detenidos este fin semana, en varias partes del país, para evitar su participación en misas, caminatas o actos por el aniversario del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate.
Justamente en el momento en que se constituía la nueva Asamblea Nacional del Poder Popular, brigadas paramilitares arremetieron contra 56 Damas de Blanco que caminaban por la Quinta Avenida de La Habana, informó el periodista independiente Roberto de Jesús Guerra.
Los represores rodearon a las mujeres y las introdujeron por la fuerza en guaguas del Ministerio del Interior, a la altura de la calle 34, como parte de un "inmenso operativo".
Según José Daniel Ferrer, presidente de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), a los paramilitares, apostados en puntos de la Quinta Avenida, se les facilitó "cajitas con comida para que reprimieran con energía".
Unas 48 Damas de Blanco pudieron llegar al Santuario de El Cobre, este domingo, pero en Holguín fueron detenidas 12 mujeres, a las que no se les permitió asistir a misa.
En Santiago de Cuba, una decena de activistas de la UNPACU fueron arrestados por intentar subir al Pico Turquino, donde tenían previsto colocar una bandera de la organización disidente y repartir la Demanda Ciudadana por otra Cuba.
En Twitter, Guillermo Fariñas reportó la detención de 12 miembros del Frente Antitotalitario Unido en Santa Clara, quien echaban flores en un río en memoria de los pilotos de Hermanos al Rescate, asesinados el 24 de febrero de 1996.


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Dr. Biscet's interview with Cuban dissident about Cuban hospital conditions

Base Naval de Guantánamo: Testimonio de un éxodo


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-Para Miami-me respondió-
-¡Justamente lo que necesitamos, Capitán! ¿Qué posibilidades hay de que nos tires un cabo hasta Miami?-
-Mira, en estos momentos, eso es algo más que difícil y te diría que hasta imposible.-me dijo algo compungido-Ahora todos los barcos que entran a puertos de Estados Unidos se les hace registros y al que se le encuentren polizones a bordo le ponen fuertes multas a la Empresa y hasta te pueden decomisar la embarcación. Incluso tenemos orientación de comunicarnos con ellos y darle la cantidad de balseros que traemos a bordo, para que vengan a recogerlos. De verdad que en ese sentido no puedo hacer nada por ustedes. Si esto se hubiera dado en otras circunstancias no habría problemas, pero ahora es imposible.-
-No te preocupes, te entiendo. Espero que el tiempo que estemos en la Base no sea muy prolongado. Tiene que haber una solución a esta problemática y que nos permita la entrada a USA. No creo que nos tengan encerrados por tiempo indefinido.-
-Despreocúpate, que ellos tiene que buscar una solución a este problema. De lo que si puedes estar seguro es de que ustedes van a salir pronto de ahí.-Me daban aliento las palabras de Enrique-
Almorzamos sobre la 1 de la tarde. Fue algo sencillo, pero reconfortante después de 3 días sin ingerir alimentos. Incluía: Sopa, pan y café. El comedor era pequeño. Tenía 3 pullman, con capacidad para cuatro personas cada uno. Entramos de 12 en 12.
Salí satisfecho. Había comido uno de mis platos favoritos.
El cocinero se disculpó por lo pobre del almuerzo, alegando que cuando nos rescataron ya estaba preparado el menú, pero nos aseguraba  que en la cena nos desquitaríamos y saciaríamos nuestro apetito.
Sobre las 3 de la tarde se avistó otra balsa. Como en el caso nuestro, el buque detuvo las máquinas y se preparó para el rescate.
Esta vez fueron 9 balseros los que se rescataron. Venían de Camaguey. Salieron el día anterior y no presentaron mayores consecuencias. Traían una lancha de 19 pies con motor. Ahora éramos 33 los balseros cubanos rescatados por el “Carib Trade”.
Pasamos al comedor sobre las 6 de la tarde. Comimos: Arroz blanco, potaje de frijoles negros, carne asada, sopa, pan  y café. Todo nos supo a gloria.
Después de la cena departimos con algunos tripulantes. Le hablamos de cómo se vivía en la isla, de sus limitaciones y necesidades,  del descontento general que existe en la población, de los privilegios que gozan la cúpula gobernante y los extranjeros, etc., etc.
Ellos por su parte se mostraron incrédulos de lo que escuchaban. No podían creer que esto sucediera en un país que se dice paladín de los derechos humanos y más increíbles que los isleños no se revelaran. Le explicamos que muchos habían sido fusilados y encarcelados y que actualmente, a pesar de la feroz represión, había un movimiento opositor bastante amplio y que era la que estaba luchando a brazo partido, en contra del totalitarismo de Fidel Castro. En la población hay mucho miedo debido a la brutal reprimenda que llevan a cabo la policía política y los paramilitares.


(Continuará)