viernes, 25 de enero de 2013

Televisión Cubana roconoce avance del cólera


LA HABANA, Cuba, 25 de enero de 2013, www.cubanet.org.- El programa Mesa Redonda, de Cubavisión, este 24 de enero, reconoció que el cólera en La Habana se extendió al municipio de San Miguel del Padrón y el foco grave se vigila en la barriada marginal de La Korea.
Según el director nacional de epidemiología, sólo existen en La Habana 28 casos potenciales y de ellos tres ingresados en el IPK (Instituto de Medicina Tropical), y de éstos un paciente grave pero  en crisis estable. Reconoce la Mesa Redonda que no todo el mundo pude hervir el agua por lo caro de la electricidad y recomiendan verter hipoclorito.
Randy Alonso, conductor de este programa, criticó a la prensa, incluyendo a la extranjera, que se ha hecho eco del evento reflejando una gran crisis; como ha quedado demostrado –según la televisión nacional-,  “son casos aislados controlados por nuestro eficiente sistema de salud”, dijo el director y conductor Randy Alonso.
El programa omitió los casos de cólera que aún persisten en villas y bateyes rurales  en las provincias de orientales de Guantánamo y Santiago de Cuba, que se desataron después del ciclón Sandy, y que aún persisten principalmente en niños y mujeres lactantes, según fuente fidedignas, de  lugareños y médicos de esos territorios. En Palma Soriano, Contramaestre, Baire y en la ciudad de Camagüey aún se mantienen casos incluso de niños, ingresados en el centro médico infantil La Colonia.


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¡Que diferente a la atención quie recibe Hugo Chávez!


 | Por Yaremis Flores
LA HABANA, Cuba, 25 de enero de 2013, www.cubanet.org.- Podría decirse que el cáncer es el gran desafío de Bárbaro García Sánchez, pero obviaríamos que vivió toda su juventud en prisión. Una vez en libertad, su familia lo abandonó a su suerte y desde hace tres años deambula por las calles de la capital.
En el 2010 le detectaron carcinoma de células pequeñas en el pulmón, con metástasis en los huesos. En ese mismo año recibió la última quimioterapia y actualmente asegura que no tiene tratamiento médico.
Hace unas semanas, García Sánchez acudió al cuerpo de guardia del conocido Hospital Emergencias, ubicado en la calle Carlos III, en el centro de la capital. “Por mi apariencia me rechazan, piensan que quiero los medicamentos para drogarme. Enseño mis certificados médicos y sospechan que son falsos”.
Esa noche, según cuenta Bárbaro, los doctores llamaron a la policía para que lo sacaran del hospital.
Es casi un milagro que Bárbaro aún viva. Estadísticas de la Academia Americana del Cáncer, reflejan que el 41% de las personas enfermas de cáncer de pulmón sobreviven un año después del diagnóstico. Solo un 14% sobrevive los cinco años.
“Hace tiempo no duermo en una cama. Me duele el estómago por tenerlo casi siempre vacío”, lamenta el enfermo.
Usualmente, pernocta en el Parque Central de La Habana o en los asientos de algún hospital o terminal de ómnibus. No lo aceptan ingresado en ninguna clínica. Presenta trastornos psiquiátricos por los que no recibe ayuda de ningún especialista.
El pasado 7 de diciembre, en la clausura de la Convención Internacional de Salud Pública 2012, se presentó el libro Cáncer, el gran desafío. Según la nota publicada en la prensa oficial, “la edición busca promover el bienestar de los pacientes y destacó el nivel investigativo alcanzado por Cuba en los programas de atención al cáncer”.
La Doctora Teresa Romero Pérez, coordinadora del Programa Integral para el Control del Cáncer, explicó que se sigue la enfermedad desde la atención primaria de salud, a partir del perfeccionamiento del médico y la enfermera de familia.
José Luis Di Fabio, representante de las Organizaciones Panamericana y Mundial de Salud, destacó que la isla, con su voluntad política, recursos humanos capacitados y su sistema único y universal, ha servido de modelo para la región.
A pocos, sin embargo, preocupa la extrema delgadez de Bárbaro. Muchos prefieren creer que su historia no existe.
“Ya estoy condenado, solo quiero, en el tiempo que me queda, aliviar los dolores y no pasar frío al aire libre”, confesó finalmente.

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Jineterismo en la mirilla de la corrupción policial


LA HABANA, Cuba, 24 de enero de 2013, www.cubanet.org.- Nelimay Yamilet Cuesta González, de 28 años de edad,  es una madre soltera, sin ingresos económicos. Cumple una sanción de dos años por el delito de “Peligrosidad Social”, en el campamento Bandera Roja, en La Habana.
Tiene dos hijos: una hembra de 9 años y un varón de 5. Para mantener a sus niños, decidió dedicarse  a la prostitución.
La madre de Nelimay nos narra que el día que la capturaron en la playa, en Santa María del Mar, la condujeron a la unidad policial de Guanabo, donde fue coaccionada por una oficial, quien le dijo que si  declaraba por escrito que se dedicaba a la prostitución con extranjeros, sería liberada. La joven, nerviosa y asustada, hizo lo que le propuso la oficial.
Nelimay Yamilet fue trasladada a un centro de detención para  jineteras (prostitutas) situado al lado  de la prisión Combinado del Este. En ese lugar están detenidas varias decenas de jóvenes de 16 años en adelante. Según  la madre de Nelimay, la mayoría de ellas, como su hija, ha sido coaccionada para que admitan que son jineteras. Incluso, algunas no lo son.
La unidad de Guanabo y el sector policial de Mar Azul, en Santa María del Mar, así como las unidades ubicadas en Alamar, Habana Vieja, Centro Habana, Playa y Plaza de la Revolución, son los sitios más candentes en cuanto a la corrupción policial. Para poder operar libremente en dichas zonas, tanto  jineteras, como proxenetas, pingueros, travestis y homosexuales, tienen que pagar dinero a los policías o  tener sexo con ellos. De lo contrario, son arrestados y sancionados por “acoso al turismo” o por el delito de “Peligrosidad Social”.
dania.zuzy@gmail.com

José Daniel Ferrer: "No acepto chantajes para poder salir"

 | Por CubaNet

LA HABANA, Cuba, 24 de enero de 2013, Redacción, www.cubanet.org.-  El santiaguero José Daniel Ferrer, líder de UNPACU, organización pacífica opositora al gobierno, está en la capital cubana organizando un viaje a Panamá, adonde fue invitado para participar, los días 17 y 18 de abril, a una conferencia sobre Derechos Humanos.
Todavía no ha solicitado el pasaporte, según confirmó a esta Redacción, y ya un blog pro castrista se adelantó a decir que el gobierno no le concederá permiso de salida porque necesita un permiso especial,  ya que su estatus está bajo una licencia extrapenal.  “…Él para viajar sí requiere de un permiso especial de la fiscalía por no haber concluido aun su condena”, dice el texto, firmado por Arthur González. Este web site lo vio casualmente el opositor navegando por internet.
José Daniel Ferrer escribió hoy un tweet desde La Habana:
“Blog castrista adelanta que no puedo viajar al exterior si no tengo permiso especial de la fiscalía, por estar bajo licencia extrapenal”
El artículo de González, titulado “Disidentes en Cuba”: La fiebre de los viajes, utiliza la imagen de Yoani Sánchez metida dentro de una bandera norteamericana y le coloca un bajante que expresa: “Made in USA”. Además, se encarga de desprestigiar a otros opositores políticos como la presidenta de las Damas de Blanco, Berta Soler, con estos epítetos: “grosera, inculta y prepotente”.
Berta Soler también está invitada a la conferencia sobre Derechos Humanos en Panamá.
Sobre si el gobierno lo dejará salir al exterior, Cubanet  preguntó por teléfono a José Daniel Ferrer, quien respondió:
“No estoy seguro. Es posible que intenten chantajearme indicándome que disminuya o termine mi activismo político, lo cual, obviamente, yo no aceptaría”.
Ferrer fue uno de los pocos prisioneros de conciencia del grupo de los 75 excarcelados que eligió quedarse en su país. La mayoría de ese grupo perteneciente a la denominada Primavera Negra (periodistas independientes, activistas) aceptó el destierro a España.

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¿Apoyaría Martí al régimen cubano?


LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -El 160 aniversario del nacimiento de José Martí, en La Habana, el 28 de enero, se conmemora en Cuba con interpretaciones de su pensamiento y obra, según conviene a la estrategia política del momento. Entre sus pródigos escritos, contentivos de su pensamiento político y social, y con los testimonios de sus denodados empeños por lograr la independencia nacional, sobresalen los dedicados a la formación y desarrollo del Partido Revolucionario Cubano (PRC).
Luego de varios años de ardua labor unificadora entre los emigrados, sobre todo entre los excombatientes de las guerras por la independencia, Martí viajó de Nueva York a Cayo Hueso, donde los presidentes de las agrupaciones políticas y personalidades representativas aprobaron las Bases del Partido Revolucionario Cubano y sus Estatutos Secretos, el 5 de enero de 1892. Entre enero y abril fueron discutidos y acatados por los clubes de emigrados de las diferentes localidades, y se proclamaron el 10 de abril, en Cayo Hueso, Tampa y Nueva York.
Desde 1959, a los cubanos se nos ha dicho que Martí dispuso que solamente debiera existir un partido, soslayando el contexto histórico en que él gestó el PRC, cuando la frustración por la forma en que terminó la guerra de 1868-1878, las rencillas entre los jefes mambises y el desánimo entre los excombatientes y emigrados, nutrían la discordia y amenazaban con aniquilar los planes de una nueva lucha emancipadora.
Esas circunstancias (y el modo en que realmente las veía Martí) pueden apreciarse en muchos de sus textos. Por citar un ejemplo, en “El Tercer Año del PRC. El Alma de la Revolución y el Deber de Cuba en América”, artículo publicado en Patria, el 17 de abril de 1884, donde expresa: “Un pueblo no es la voluntad de un hombre solo, por pura que ella sea, ni el empeño pueril de realizar en una agrupación humana el ideal candoroso de un espíritu celeste, ciego graduado de la universidad bamboleante de las nubes… Un pueblo es composición de muchas voluntades, viles o puras, francas y  torvas, impedidas por la timidez o precipitadas por la ignorancia. Hay que deponer mucho para atar mucho, que sacrificar mucho, que apearse de la fantasía…”
Uno de los mayores méritos de José Martí fue su capacidad para aunar voluntades por encima de las grandes disputas y recelos, con firmeza, y demostrando sus cualidades de organizador y estratega. Lamentablemente, una vez desembarcado en La Playita, zona oriental de Cuba, el 11 de abril de 1898, el alto mando militar no estuvo dispuesto a subordinársele -aunque sí al reconocimiento como Delegado, pues lo nombró mayor general del Ejercito Libertador-, ni aceptar la jerarquía de un gobierno en armas lastrado por las nefastas experiencias de la gran contienda anterior. Entristecido, José Martí murió en Dos Ríos el 19 de mayo.
Baste contrastar los siguientes conceptos martianos (aparecidos también en el artículo citado anteriormente) con lo establecido en la etapa de la revolución de 1959: “A su pueblo se ha de ajustar todo partido público, y no es la política más, o no ha de ser, que el arte de guiar, con sacrificio propio, los factores diversos u opuestos de un país de modo que, sin indebido favor a la impaciencia de unos ni negación culpable de la necesidad del orden en las sociedades –solo seguro con la abundancia del derecho- vivan sin choque, y en libertad de aspirar o de resistir, en la paz continua del derecho reconocido, los elementos varios que en la patria tienen título igual a la representación y la felicidad”.
Ese Martí no habría participado de la imposición en la Constitución de Cuba del Articulo 5: “El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo, y el avance hacia la sociedad comunista”.
Tampoco Martí habría admitido la Disposición Especial, adicionada en 2002, que fijó que: “el carácter socialista y el sistema político y social contenido en ella sean declarados irrevocables”.
En el 160 aniversario martiano se ejecuta la farsa de las elecciones para delegados provinciales y diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, prevista para febrero próximo. Bien se conoce que en las asambleas se aprueban las personas designadas desde el partido comunista para conformar una lista con  la cantidad exacta a ser elegida, la mayoría de las cuales son miembros del mismo partido.
Quien fue elegido Delegado del Partido Revolucionario Cubano, el 8 de abril de 1892, para períodos anuales, y renovado en su cargo los tres años siguientes, hasta que marchara a la manigua mambisa, quedaría estupefacto ante las nominaciones y votaciones de los últimos decenios. Con su amplitud de criterios y abundante verbo, habría impedido su aprobación, y hasta hubiera escrito hoy otros artículos sobre el presidio político en Cuba. O quizás residiera aún en Nueva York.


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El regreso de las pelotas esclavas

 | Por Leonardo Calvo Cardenas 

LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -La tarde noche del domingo 20 de enero pasado puede calificarse de histórica para la sexagenaria televisión cubana (totalmente estatal desde más de hace cinco décadas) y la afición deportiva nacional. La inauguración de dos programas del canal Tele Rebelde en los horarios estelares de 6 y 8 de la noche abrió por fin una ventana al basquetbol y el beisbol profesional de diversas latitudes, en especial de los Estados Unidos, por cierto el más encumbrado escenario para estos apasionantes deportes.
Durante muchos años el deporte profesional, principalmente el de los Estados Unidos ha sido en Cuba una especie de fantasma terrible y satanizado por las autoridades, empeñadas en reafirmar la superioridad del falso deporte aficionado que patrocina y controla el estado y donde los atletas, con su talento y esfuerzo, se convierten en meros instrumentos de manipulación y propaganda para el régimen.
A lo largo de las primeras décadas del siglo pasado muchos atletas cubanos −principalmente peloteros y boxeadores− escribieron páginas de gloria en los escenarios profesionales de varios países del continente. Nombres como Adolfo Luque, Martin Dihigo, Conrado Marrero, Orestes Miñoso, Kid Chocolate, Kid Gavilán son solo algunos de los más renombrados peloteros y boxeadores cubanos de renombre universal. Solo en la década de los cincuenta Cuba consagró a varios campeones mundiales de boxeo profesional.
Pero entre las transformaciones destinadas a barrer con las libertades, la memoria, los sueños y las esperanzas de los cubanos destacó la eliminación del deporte profesional. Al inaugurarse la Primera Serie Nacional de beisbol aquel lejano 14 de enero de 1962 el propio Fidel Castro sentenció que el acontecimiento significaba “El triunfo de la pelota libre sobre la pelota esclava.”
Con la ruptura, Cuba dio la espalda por muchos años a esos espacios de alta competición deportiva. Nuestro país era por ejemplo una de las principales plazas de competición y desarrollo de la más espectacular modalidad de la pelota vasca, la cesta punta. Muchos años después de haber sido suprimida del panorama deportivo nacional tuvimos que reencontrarnos con lo que ya se había convertido en pasión y tradición.
Con la eliminación del deporte profesional solo los atletas que decidieron terminar sus carreras para permanecer en la Isla podían aspirar a no ser borrados de la memoria como despreciables fantasmas de un indeseable pasado. A tal punto llegó la demencial cruzada antiprofesional que –créalo o no lo crea el lector- durante muchos años los ex jugadores de la extinta Liga Profesional Cubana que brindaban sus experiencias como entrenadores y directores técnicos en la nueva pelota tenían prohibido entrar al terreno de juego mientras se desarrollaban los partidos oficiales. Es muy posible que esa haya sido la primera determinación del gobierno cubano que no atinaba a comprender el niño que yo fui.
Durante medio siglo los aficionados cubanos hemos vivido de espaldas a los éxitos de  los cientos de deportistas nuestros que se han visto obligados a  dejar atrás su tierra y familias para buscar triunfos y renombre en otras latitudes. Los amantes del beisbol nos conformamos con una falsa hegemonía en el ámbito del beisbol amateur, siempre muy por debajo de nuestro nivel tradicional.
Así nos enteramos de que la “pelota esclava” es aquella donde los jugadores gozan de las mejores condiciones materiales para su labor, obtienen millonarios contratos con todos los requerimientos y garantías legales aseguradas, tienen poderosos sindicatos y derecho a huelga –tal vez las únicas huelgas de millonarios contra multimillonarios de la historia− y una jubilación decorosamente remunerada. Por su parte la “pelota libre” de que habló el máximo líder es ésta donde los atletas están amarrados a absurdas trabas territoriales y burocráticas, deben jurar y demostrar fidelidad política a la dictadura, tienen que jugar cuando y donde se les indique y a veces incluso retirarse en contra de su voluntad, siempre con pésimos resultados materiales para el pelotero.
En los últimos años varios factores han puesto en crisis el deporte cubano, y el beisbol en particular. La irrupción de los profesionales en los escenarios competitivos olímpicos, la indetenible estampida de atletas y entrenadores que escapan del “deporte libre hacia el deporte esclavo” y el avance de nuevas potencias emergentes que aprovechan muy bien las bondades de la interrelación moderna, han hecho desaparecer a la representaciones cubanas de la élite mundial de varios deportes. Los antiguos éxitos del deporte socialista son solo recuerdos de glorias pasadas.
En el beisbol, máximo pasatiempo nacional, Cuba ha hilvanado una cadena de sonados fracasos en la arena internacional, mientras nuestras estrellas y prospectos se establecen con éxito en las más diversas ligas extranjeras. Las inferioridad de los mejores peloteros cubanos con relación a sus adversarios más enconados ha generado la alarma de los funcionarios del deporte, especialistas y aficionados; porque incluso la popularidad del beisbol pierde terreno frente al futbol, sobre todo entre los jóvenes.
Las autoridades cubanas parecen haberse dado cuenta, un poco tarde por cierto, de que a estas alturas los tímidos cambios en la estructura del torneo elite resultan insuficientes y lo que es más importante: no se puede aspirar a mantener un lugar y resultados relevantes si el mejor beisbol del mundo es un tabú para los aficionados y atletas cubanos.
Así, al menos a través de la televisión, han regresado a Cuba las “pelotas esclavas” de la mano de los sufridos multi millonarios siervos de Los Ángeles’ Lakers y el San Antonio Spurs, de la NBA, y de los rollizos jugadores de la Liga Venezolana de Beisbol.
El paso, que ojalá sea irreversible, es todavía insuficiente para elevar el techo del deporte cubano. Los aficionados que vieron el citado programan sospechan con certeza que la selección de jugadas espectaculares trasmitidas comenzó en la 19 y paso a la 16 para omitir la presentación de peloteros cubanos que brillan en la Gran carpa.
Solo nos queda esperar que más temprano que tarde sean reconocidos los cientos de atletas del patio cuyos éxitos deben ser orgullo de todos los cubanos y sobre todo que nuestras atletas puedan demostrar su talento en cualquier escenario y seguir representando sin condicionamientos a todo el país, no al gobierno.


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jueves, 24 de enero de 2013

Carlos Marx, el malo


GUANTÁNAMO, Cuba, enero, www.cubanet.org -Durante un tiempo creí que los errores que provocaron la debacle socialista en Europa se debían fundamentalmente a una gran distorsión del pensamiento marxista, y que los grandes responsables de esto fueron Lenin y Stalin al privar de elementales derechos ciudadanos y de democracia a la sociedad rusa, práctica que se extendió a todos los países que después de terminada la Segunda Guerra Mundial conformaron el denominado Eje Comunista.
Bien se conoce que los cubanos hemos estado sometidos a una tenaz manipulación de la historia, a un férreo adoctrinamiento ideológico y a una constante limitación para acceder libremente a fuentes de información alternativas a las del castrismo. Esto fomentó un campo muy fértil para el desconocimiento de realidades históricas. Por ello, cuando pude leer el libro Intelectuales, de Paul Johnson, y muy específicamente la monografía dedicada a Carlos Marx, recibí algo así como un mazazo.
No es para menos. La única biografía que había leído sobre el filósofo alemán era Carlos Marx. Historia de su vida, escrita por Franz Mehring, quien, a la muerte de Federico Engels, quedó como albacea literario de Marx. Dicha obra, más que un estudio objetivo, es una apología.
Sin embargo, gracias a Paul Johnson, de quien ya había leído su extraordinario estudio titulado Estados Unidos: La historia, pude conocer algunos aspectos oscuros de la vida del guía del proletariado mundial. Por ejemplo, supe que Marx no sólo se apropió de frases pertenecientes a otros intelectuales, como “Los proletarios no tienen nada que perder salvo sus cadenas”, o “De cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades”, que en realidad fueron escritas por Marat y Louis Blanc, sino que en múltiples ocasiones Marx también modificó citas aparecidas en otros textos, con el objetivo de darle sostenibilidad a las tesis que expuso en El Capital, sobre todo en el capítulo 15.
Sorprende aún más saber que el constante uso incorrecto de las fuentes, por parte de Marx y del propio Engels, fue detectado y denunciado por dos investigadores de Cambridge, en 1880, y a pesar de esto, ninguno realizó las correcciones necesarias. Las tergiversaciones han continuado así hasta nuestros días.
Otro aspecto que desconocía es la actitud racista que Marx ejercitó en contra de Ferdinand Lasalle y del cubano Pablo Lafargue. Al primero lo calificó como “negrito judío” y “judío grasiento”. El 30 de julio de 1862, Marx escribió una carta a Engels en estos términos: “Ahora no tengo la menor duda de que, como señala la conformación de su cráneo y el nacimiento de su cabello, desciende de los negros que se unieron a Moisés en su huida de Egipto (a menos que su madre o abuela paterna tuvieran cruza con negro)”. También se opuso abiertamente a que Pablo Lafargue se casara con su hija Laura, y lo llamó “negrillo” y “gorila”.
Violentas y discriminatorias fueron también varias de sus reacciones contra los obreros revolucionarios que discutían sus ideas, a los que llamaba ignorantes, y aunque ciertamente carecían de los conocimientos que Marx tenía sobre Filosofía, Historia y Economía, poseían algo que él jamás tuvo: un conocimiento objetivo del entorno fabril en el que se desenvolvían sus vidas.
Singular por su violencia y marcadas intenciones discriminatorias fue el ataque al que sometió, en 1846, a William Weitling, en una reunión de la Liga Comunista en Bruselas. Weitling era pobre, hijo ilegítimo de una lavandera, y nunca conoció el nombre de su padre. Era un aprendiz de sastre autodidacto que, a fuerza de trabajar duramente, se había ganado un gran número de partidarios entre los trabajadores alemanes. La finalidad de Marx en la reunión era bajarle los humos a cualquier trabajador que careciera de la preparación filosófica que él consideraba esencial.
El ataque de Marx a Weitling fue notablemente agresivo, pues le dijo que era culpable de llevar adelante una agitación sin doctrina, que eso estaba bien para la Rusia bárbara, pero no en Alemania, que era un país civilizado, donde no podía lograrse nada “sin nuestra doctrina” , es decir, la de  Marx. Weitling le contestó que no se había hecho socialista para aprender doctrinas manufacturadas en un estudio, sino que él hablaba en representación de trabajadores concretos y que no se sometería a las opiniones de teóricos que no habían tomado contacto con el mundo real y sufriente del trabajo.
Según un testigo ocular, esta respuesta enfureció tanto a Marx que golpeó la mesa con un puño, con tal violencia, que la lámpara tembló. Y poniéndose de pie de un salto gritó: “|Hasta ahora la ignorancia jamás ha ayudado a nadie!”. La reunión terminó con Marx aún caminando a zancadas por la habitación en un ataque de furia. Igualmente violentos fueron sus arranques en contra de Ferdinand Lasalle, Pierre Joseph Proudhon y Bakunin.
Estos aspectos oscuros de la vida de Carlos Marx, así como otros relacionados con su proclividad a la vida muelle y bohemia, el desentendimiento total de sus obligaciones como cabeza de familia, su marcado egocentrismo y los sufrimientos que ocasionó a su esposa Jenny (algo que no expuso Franz Mehring en la obra antes mencionada), provocaron que el halo mítico con que conservaba su imagen desapareciera para siempre.


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Kolhy, un íslote VIP entre las ruínas

 | Por Polina Martínez Shvietsova

LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -Caminar por las calles de la capital cubana implica un reto que te impone la mente, obligándote a la abstracción, para que las ruinas del entorno no te hagan zozobrar en seco. Sin embargo, en medio de tanto desastre, existen algunas zonas VIP. Son como pequeños islotes donde se concentraron las edificaciones de la clases sociales más altas, desde los inicios de la República, y aún perviven intactas en nuestros días.
Un ejemplo es el Reparto Kolhy, en el municipio Playa. Se cuenta que fue edificado coincidiendo con el auge económico de la primera post-guerra del siglo XX. De su diseño estuvo encargado un arquitecto francés. El entramado social que fue nutriendo esta zona estaba compuesto por familias aristocráticas de La Habana y El Vedado, más algunas extranjeras. Algo que caracterizaba al reparto eran las casas con subterráneos que salían a muelles en el río Almendares, donde los residentes tenían anclados los yates familiares y otros implementos de navegación.
Con el triunfo de la revolución y la consecuente desaparición, en teoría, de la clase burguesa, algunas de las grandes mansiones del reparto Kholy fueron dedicadas al servicio de la comunidad. Se ubicaron en ellas círculos infantiles, escuelas primarias y secundarias, una clínica, la casa sede de los estudiantes universitarios, el Sindicato de Trabajadores Civiles de las FAR. Posteriormente, se establecieron oficinas de firmas comerciales y otras instituciones del gobierno, así como residencias de combatientes de la revolución y de algunos profesionales destacados.
Entre los años 60 y 80, Kolhy albergó en sus lujosas casas a los técnicos extranjeros que provenían de Europa del Este y estaban prestando sus servicios en Cuba. Asimismo, en el reparto convivían los militares extranjeros que asesoraban a la élite política y militar.
En la actualidad, en el reparto Kolhy se afinca un grupo importante de instituciones nacionales (particularmente de la rama militar) y Casas Matrices de Empresas como Gaviota SA, Aereogaviota, RentCar Gaviota, División Habana TRD Caribe, Grupo Empresarial Labiofam, Provari, Selecmar, entre otras. Están ubicados, además, la Editora Política Capitán San Luís, la Asociación de Pedagogos de Cuba, la Dirección Nacional de la ACRC, la Oficina Nacional de Atención a Combatientes, la Comisión de Historia del 2do. Frente Oriental, el Departamento de Relaciones Internacionales de las FAR, así como el Fondo de Bienes Culturales.
Una de las peculiaridades de la zona es que, por haber sido siempre estrictamente residencial, no existen allí lugares de recreación y esparcimiento con carácter popular, con la excepción de dos pequeños parques infantiles. No hay instalaciones deportivas, ni áreas de juegos, ni dentro ni en las cercanías, donde los niños y jóvenes puedan practicar deportes o simplemente jugar.
Al atravesar las hermosas calles de Kolhy, se percibe ese toque aromático de la “nueva burguesía”. En esta zona tienen hoy su domicilio gerentes de firmas mixtas, generales, coroneles, dirigentes políticos y altos funcionarios del régimen, científicos, famosos artistas. Al pasear por las entrecruzadas calles de este reparto estás siendo vigilado todo el tiempo, por las muchas cámaras colocadas en los postes. La seguridad y la vigilancia son predominantes. Al punto que tirar fotos en sus calles y avenidas conlleva a que la policía te detenga, o al menos te cuestione.
Este barrio, que perteneciera a la  “jet set” habanera antes de 1959, es hoy un centro de poder, un enclave de la nueva clase rica, donde hay mucho de verde olivo. También lo es, al otro lado del río Almendares, el Reparto Nuevo Vedado.
Mientras el Reparto Kolhy se mantiene como un islote de bienestar que nos recuerda su pasado republicano, la mayoría de los capitalinos, y de los cubanos en general, intentan sostener las precarias estructuras de sus ruinosas casas, para que el presente no los aplaste mientras esperan por un futuro mejor.


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Lo amarás por sobre todas las cosas



Waldo Fernández Cuenca
 | 
La Habana
 | 24-01-2013 - 1:14 pm.


Cartel de Fidel Castro.
Quizás uno de los rasgos principales de los sistemas totalitarios sea el culto a la personalidad del líder. Tal exaltación suele ocupar un lugar central en la legitimación del discurso político, declarando las ideas del protagonista del Estado un paradigma a seguir. Solo cuando en la antigua URSS comenzó el proceso de deshielo a través de la perestroika y elglasnost, los medios de comunicación se avinieron a criticar el culto a Stalin y su régimen de terror. Más allá, en la desolada Corea del Norte, Kim Il Sung, guía histórico de la dictadura, posee todavía más de 30 mil estatuas; todos los habitantes del país están obligados a rendirle pleitesía.
¿Cómo se da el culto a la personalidad en el régimen de los hermanos Castro? Ciertamente en Cuba no hay estatuas de Fidel o Raúl, ninguna ciudad o calle tienen su nombre. La veneración de los "líderes históricos" aquí se hace por otras vías, más sutiles, más refinadas.
Si se llega a cualquier centro estatal, por pequeño e insignificante que sea, basta con alzar la vista para encontrarse un retrato de Fidel. Algunas veces de perfil, otras de frente. Pero siempre mostrando su poblada barba de antaño, ya rala, y su mirada inquisitorial. En ocasiones aparecen también imágenes de Guevara o de Raúl Castro, frases suyas, consignas. (Son pocas las imágenes de Camilo Cienfuegos que aún sobreviven.)
'Somos uno'
Últimamente abundan la fraseología más reciente del mayor de los Castro, como el concepto que diera de la palabra revolución en el año 2000 y que muchos cubanos recitan casi de memoria.
Poco después de anunciarse su retirada del poder por problemas de salud, la principal avenida de la capital, la calle 23, se llenó de afiches con su figura. Una de ellas apenas mostraba el contorno de su rostro de perfil, su cara cubierta de banderas cubanas y, en letras bien gruesas, la leyenda: "Somos uno".
Un simple análisis de esta propaganda política sugiere la excepcionalidad de una figura convertida en mito, una figura que en teoría encarna las aspiraciones del pueblo y de toda la nación. También se ve diariamente dicha figura en la presentación de los noticieros de televisión, junto a la de su hermano, así como en otros espacios televisivos transmitidos con regularidad.
Un lugar donde el culto se lleva a cabo más abiertamente son las librerías. En muchas de ellas, particularmente las que venden libros usados, se encuentran ejemplares de las más largas entrevistas que ha concedido, de lo que ha pensado o escrito sobre temas tan disímiles como la ciencia, la agricultura, la educación o el deporte.
Así, Fidel Castro resulta una especie de todólogo —tal y como alguna vez lo calificó el politólogo cubanoamericano Jorge I. Domínguez—, un líder cuya opinión debe ser escuchada o llevada a la práctica en cualquier tema o materia sin la menor dilación.
Por la misma fecha en que buena parte de la población cubana ansiaba leer la novela de Leonardo Padura El hombre que amaba a los perros, de la que todavía hoy es difícil conseguir ejemplar, salían a la venta sendos libros de memorias de Fidel Castro, bellamente editados y encuadernados, con una calidad de papel rara vez vista en las ediciones de libros nacionales. En una entrevista concedida al diario español El País, Padura aseguraba que la salida de su novela se había retrasado en Cuba por falta de papel. Había pocos recursos para la demandada ficción, pero muchos para las memorias de Castro.
Alimentos, consignas, espías
La devastada economía del país llega a sustituir alimentos por consignas. En muchas de las bodegas expendedoras de alimentos racionados, en los estantes donde deberían estar los productos, se exhibe su figura o la de otro "líder histórico". En una de ellas aparecen Fidel y Raúl Castro alzando la mano sobre letras bien grandes: "La Revolución seguirá adelante pujante y victoriosa". En establecimientos en estado ruinoso, donde reina la suciedad y la falta de pintura, el cartel termina resultando una burla.
Pero a la imagen de Castro le ha surgido en los últimos años un competidor: los rostros de los cinco espías de la Red Avispa presos en EE UU ocupan un lugar cada vez más predominante en centros públicos, murales de escuelas y vallas de las principales avenidas de la capital. En su denodado esfuerzo por dar a conocer el caso a todo el que visita Cuba, los cinco agentes le roban cada vez más protagonismo iconográfico al líder máximo. Pero a pesar de la machacona propaganda, muchos cubanos no se han aprendido bien el nombre de "los cinco". Más bien al contrario: debido al bombardeo permanente, a la gente no le interesa hablar sobre el caso.
Donde el culto a la figura del mayor de los Castro encuentra mayor éxito es en el sistema educativo. En una enseñanza todavía bastante escolástica, los textos de historia hacen uso de un acoplamiento doctrinal entre la figura de José Martí, mártir de gran veneración, y Fidel Castro. Esa forzosa y construida conexión encuentra su más acabada expresión en aquellos versos de Nicolás Guillén que sentencian: "Te lo prometió Martí y Fidel te lo cumplió", obviando las grandes diferencias ideológicas que separan a estas dos figuras y acudiendo a resortes puramente nacionalistas para legitimar un régimen que en su esencia traiciona los más sagrados postulados martianos.
A pesar del afán por cincelar y mostrar una figura sin máculas, el evidente fracaso de la élite en su cada vez más desesperado esfuerzo por retrasar lo inevitable (la transición hacia un Estado de derecho) hacen que esta intensa propaganda produzca el efecto contrario. Es visible la despolitización y enajenación de una buena parte de la juventud cubana actual. Basta asomarse a la calle G o conversar con muchos de ellos para notarlo. Ese proceso habla por sí solo del futuro que le espera a los líderes históricos cuando desaparezcan definitivamente del escenario nacional.

Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Polícos Cubanos"

miércoles, 23 de enero de 2013

Activistas protagonizan marcha pacifica con carteles en La Habana

El valle de los suicidas

 | Por Odelín Alfonso Torna 

LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -El 20 de noviembre de 2012, Orestes Mazó Rodríguez amaneció colgado de una soga en una celda de la compañía 6, en la prisión provincial Valle Grande, al oeste de La Habana. El móvil del suicidio fue la condena a cinco años de privación de libertad, por atentar presuntamente contra un oficial de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Tres días antes, Mazó Rodríguez había ventilado su versión de los hechos con un abogado de oficio, pero éste nada pudo hacer ante el tribunal.
El 28 de noviembre de 2012, en la misma prisión, el reo Noel Zulueta Borges se quitó la vida. Ese día apenas cruzó palabras con sus compañeros de la compañía 8. A las 9 y 5 minutos de la noche, cuando todos dormían, se ahorcó con una sábana. Sobre Zulueta Borges también pesaba una condena de cinco años, por atentar contra un funcionario del Comité de Defensa de la Revolución (CDR), ubicado en la calle Aguiar, entre Empedrado y Tejadillo, en La Habana Vieja.
Antes que Orestes y Noel, con una sábana se ahorcó el joven recluso Román Alemay Mena. Los funcionarios de Valle Grande le habían ocultado la muerte de su abuelo, el hombre que lo crió desde niño. Enterado por mediación de una vecina, Alemay Mena comenzó a gritar verdades innombrables contra la revolución y sus líderes. Tal vez por esto, previendo un aumento de su condena, decidió suicidarse.
Otro recluso, cuyo nombre no pude confirmar, amaneció muerto el 7 de noviembre, en la compañía 7 del mismo penal. Según la fuente que me facilitó todos estos datos (un reo que ha pedido el anonimato), el cadáver fue descubierto frío y con espuma en la boca. Al parecer se suicidó con barbitúricos.
Estas muertes en Valle Grande, a finales de 2012, se suman al abultado registro de suicidios en cárceles cubanas, información vedada tanto para los órganos de prensa extranjera como para los nacionales, que trabajan al servicio del régimen.
Pero los mismos periodistas y escribidores oficiales que no reportaron estos suicidios no dejan de cacarear las violaciones a los derechos humanos extramuros. Granma, el órgano oficial del partido único, publicó en su edición del viernes 18 de enero una parrafada de cifras sobre las detenciones en la base naval norteamericana en Cuba (“Guantánamo: 11 años en cifras”). Incluso, el libelo, que suele fustigar a Amnistía Internacional, aportó datos de este organismo al respecto.
Afirma Granma que son nueve los “detenidos muertos bajo custodia estadounidense en Guantánamo, el más reciente en septiembre de 2012. Según las autoridades, siete de las muertes fueron suicidios, mientras que dos se debieron a causas naturales”.
Valle Grande es el depósito de los que esperan condenas, generalmente por delitos comunes asociados a la corrupción, el robo con violencia, las amenazas y el tráfico de drogas. Considerada una prisión de tránsito (estancia máxima de 9 meses a 1 año), la mayoría de los suicidios se vinculan a excesivas e injustas condenas.
Entre los más de doscientos centros de reclusión existentes en Cuba, sin contar las extintas ESBEC (Escuelas Secundarias Básicas en el Campo) convertidas en correccionales por el gobierno del general Raúl Castro, Valle Grande está entre las cinco más pobladas. Es, además, un reclusorio caracterizado por las pésimas condiciones de hacinamiento, los alguaciles corruptos y los motines.
Orestes, Noel, Román y otros reclusos que apostaron por el suicidio antes de seguir soportando el encierro en las mazmorras castristas, no fueron musulmanes yemeníes o seguidores de Al-Qaeda. Sin embargo, la tan criticada prisión norteamericana en Guantánamo sería un lugar de lujo para ellos y los demás presos cubanos


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