viernes, 28 de diciembre de 2012

Opositor detenido por tener una pistola de madera lleva 16 días en huelga de hambre


 | Por Magaly N. Otero Suárez
LA HABANA Cuba, 25 de diciembre, Magaly Norvis Otero Suárez/ Hablemos Press www.cubanet.org.- El opositor Francisco Osoria Claro se encuentra ingresado en el Hospital Provincial Agustino Neto, de la ciudad de Guantánamo, por el deterioro de su salud al permanecer en huelga de hambre desde el 9 de diciembre.
Este martes, Osoria cumplió 16 días en ayuno. Su hermana Celina dijo que fue ingresado el 18 de diciembre y que solo permiten que su madre lo vea.
“La policía política dice que nosotros, sus hermanos, no podemos verlo porque nos consideran posibles opositores, debido a que hemos dado información a la prensa sobre su estado de salud”, comenta Celina.
Osoria, activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), fue arrestado en su domicilio, el 22 de noviembre, por agentes de la Policía Nacional y la Seguridad del Estado (policía política), y llevado al Centro de Operaciones de Delitos contra la Seguridad del Estado.
“El 21 de junio, le realizaron un registro en su domicilio; le ocuparon libros, documentos y una pistola de madera, y ahora lo quieren encausar por eso”, explicó Rogelio Tabío  Ramírez, también miembro de la UNPACU.
Señaló Tabío que “el instructor del caso, Primer Teniente Yordi Odelín, está  acusando a Osoria por tenencia ilegal de armas de fuego; algo absurdo”.
“Osoria es un ex prisionero político que ha cumplido varios años de cárcel por oponerse al sistema comunista. Actualmente es uno de los activistas más enérgico en la ciudad de Guantánamo”.
“En los últimos meses, Osoria ha sido detenido en varias ocasiones y se le ha acusado de pintar carteles antigubernamentales”, afirma Tabío.

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Dinero y transición política



 | Por Camilo Ernesto Olivera Peidro
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -En la transición de un estado totalitario a una sociedad democrática, el dinero y la política son primos hermanos. El ciudadano común necesita ver los resultados del viraje económico en la balanza de su economía personal y familiar. Los gobernantes cubanos y sus ideólogos han calibrado la crisis de credibilidad que corroe las bases de su poder. La contradicción entre ideología y leyes económicas ha hecho metástasis.
En respuesta a ello, el Estado está intentando mecanismos de privatización controlada precisamente en el apartado donde hace casi 45 años dio el tiro de gracia a la iniciativa privada.
Cuando, en marzo de 1968, se anunció el cierre de los pequeños negocios, el golpe fue directo contra las pequeñas cafeterías particulares. Ahora, muchas de ellas son ruinas, locales de vivienda, o están en un grado de depauperación vergonzoso. A estas alturas, está claro que la intención del castrismo fue matar dos pájaros de un tiro, acaparando toda la fuerza laboral activa en el país y asegurándose el férreo control ideológico de esa fuerza. Además, eliminó de un porrazo los remanentes de la que fue una parte de la sociedad civil republicana.
Los comerciantes y dueños de pequeñas empresas eran actores de cierta importancia en el entramado socio-político, sobre todo como voz e incluso voto a nivel de concejales y senadores. Eran la base económica real de una sociedad democrática imperfecta y con males acumulados, pero su aporte a la
balanza económica de la nación, así como la vitalidad y diversidad que insuflaban a la dinámica del mercado laboral, eran esenciales.
En realidad, el gobierno cubano no está haciendo concesiones, está devolviendo derechos y además lo está haciendo a regañadientes. Está despenalizando la iniciativa privada, porque necesita el dinero de las inversiones y los impuestos para sostenerse en el poder. Aunque controle el mercado mayorista de bienes e insumos, las propias leyes del mercado, a la larga o la corta, le van a pasar la cuenta a la empresa estatal, como consecuencia de años de ineptitud.
El castrismo sabe que tendrá que pagar un costo político con ello, porque esta apertura es la flagrante prueba de medio siglo de fracaso económico e ideológico. Es por ello que cabe esperar la aplicación de una fórmula donde la apertura económica sea acompañada de una mayor y feroz represión en contra de la disidencia. El mensaje al ciudadano de a pie será claro y explícito: Quien pueda, que se gane su dinero, pero que no se meta en política.
Es cierto que la ausencia de una educación cívica en más de una generación de cubanos ha tenido consecuencias. El proceso de toma de conciencia política y la asunción de ideales democráticos son graduales y operan bajo una feroz represión. Sin embargo, estamos teniendo la oportunidad de ver en directo el desmantelamiento de toda una estructura que tuvo como principal objetivo legitimar a una clase en el poder. Una clase basada en el linaje político y el control férreo de los recursos del país, dilapidándolos hasta el agotamiento.
El brumario de la revolución cubana está llegando a su clímax, dramáticamente, y la monarquía verde olivo está intentando propiciar las bases de su supervivencia a través de una mascarada de cambio. Llegará el momento en que nuevos actores y fórmulas de financiamiento económico hagan acto de presencia. Entonces los intereses de la clase militar-gerencial, preconizada por los Castro desde los tiempos de la Operacion Alejandro (1988-1992), chocarán con las aspiraciones de una nueva clase media.
Esta clase media estará formada por pequeños y medianos empresarios, emprendedores y legitimados por un escenario económico favorable. Mientras llega ese momento, el pueblo cubano parece destinado a cargar sobre sus hombros, una vez más, las consecuencias y los traumas que se derivan del actual proceso.

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La Historia es un cilindro



 | Por José Hugo Fernández
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -No han sido inútiles los ríos de tinta que se echaron a correr en busca de explicaciones idóneas sobre el desmoronamiento de una potencia como la URSS. Sin embargo, Albert Camus lo había explicado antes de que ocurriera, con una simple frase: “Quien fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo”.
Esta sentencia del eminente escritor francés podría ser también una respuesta para los que hoy creen en la viabilidad del proyecto (dicen que) reformista que trata de llevar adelante el régimen cubano. Y aún más en este caso, pues nuestros perfeccionadores del socialismo ni siquiera se han propuesto en serio conciliar la justicia y la libertad. Se limitan a la exhibición de un remedo de justicia social que les permita seguir coartando a su antojo la libertad de la gente.
Cuando los analistas del futuro se sumerjan con el debido distanciamiento en la historia de la revolución cubana, tal vez evalúen en su exacta magnitud el drama que tanto hemos sufrido aquí, por más que todavía hoy sea sublimado por la progresía internacional y por los frívolos medios de información. A saber que nunca, desde los primeros días de su ascenso al poder, esta revolución fue liberadora. Por lo cual es plausible concluir que nunca fue verdaderamente revolucionaria.
Tanto Fidel Castro, ayer, como hoy los bolivarianos de Venezuela o Ecuador, entre otros, o como siempre las rancias izquierdas de Europa y Norteamérica, han sido menospreciadores al valorar a las masas populares. Seguros de su presunta incapacidad general para la autosuficiencia y para el ejercicio de la real democracia, se consideran elegidos providenciales para guiarlas con fuetes de acero en las puntas (como diría Hitler), decidiendo en su lugar lo que entienden que más les conviene, que es invariablemente lo que les conviene a ellos.
Se trata de un presupuesto profundamente reaccionario, violador del más elemental principio de la justicia natural: no impongas a los otros lo que no quieres para ti. Y es justo así como Fidel Castro, esgrimiendo el sonsonete de conquistar (y luego preservar) la justicia social para el pueblo cubano, partió de la violación de sus propios postulados, convertido en el primer contrarrevolucionario en la historia de su revolución, y hasta un punto en que muy pronto, ya en los tempranos años 60, se cumplía en Cuba aquel irónico apotegma de Francisco Quevedo: “Donde hay poca justicia es un peligro tener la razón”.
Por eso, sin ir más lejos, resulta tan históricamente desatinado –y también tan falso- argumentar que el descalabro de lo que aún llaman la revolución cubana se debe en rigor a la caída del campo socialista europeo. Uno y el otro eran proyectos estructurados sobre soportes huecos. De manera que tenían, al nacer, su hora ya marcada. La historia es como esas máquinas apisonadoras que aquí llamamos cilindros. Y temprano o tarde, termina aplastando con sus ruedas todo aquello que no asiente e intenta adulterar sus fundamentos primordiales.
Sin libertad no hay justicia social
La enrarecida atmósfera (política, social, económica…) que reina en Cuba en estos finales del año 2012, no es sino una mera consecuencia histórica. Se equivocan por igual quienes ven progreso en las reformas timbiricheras del régimen y quienes temen un rápido retorno al capitalismo, atrincherados en la máxima guevarista de condenar, en lo más hondo, cualquier injusticia contra cualquiera.
En primer lugar, la injusticia estuvo desde siempre en las simientes de la revolución, y fue siempre dirigida contra cualquiera, porque sin libertad para el individuo, no hay justicia social que valga. Y porque, como previniera Ralph Waldo Emerson, “Una injusticia hecha en perjuicio de uno solo es una advertida amenaza contra todos”. También porque sencillamente es imposible que un gobierno sea justo si pretende dirigir a todo un país como si fuese un cuartel.
En cuanto al rumbo que indican las pretendidas reformas de estos días, más que ser -como ahora dicen algunos melindrosos- un giro hacia el capitalismo salvaje, es una derivación natural, así que lógica, del curso histórico de la revolución.
No hubo en nuestra historia (después de la etapa colonial) otro sistema tan salvaje como este que a lo largo de más de medio siglo nos ha impuesto el veto al pluralismo político y a los consensos sociales, junto al más feroz irrespeto ante los derechos del individuo. Si de salvajismo se trata, difícilmente hallaremos en el mundo contemporáneo otro sistema que haya establecido, como fría estrategia política, el odio y la separación entre familias, o que aún después de haber llevado el país a la ruina total, continúe aferrado a su monopolio, prolongando la agonía ciudadana a golpe de pura y dura corrupción administrativa.
El automatismo ideológico que en tanto tiempo de adoctrinamiento nos vició la sangre, tanto a los partidarios y cómplices del régimen como a la mayoría de sus disidentes, nos inclina en ocasiones a ver mediante el propio prisma manipulador del poder. A veces ocurre sin que lo deseemos, ni lo hagamos consciente. Un ejemplo se da cuando nos angustiarnos profetizando el rumbo hacia el capitalismo salvaje que espera a los cubanos al final de las reformas raulistas.
El capitalismo puede ser malo o bueno, depende del lugar y las circunstancias, aunque también del modo en cada cual lo vea y en cómo le vaya a cada cual. Está Guatemala, está Suiza, y están los politólogos para rizarnos el rizo con nombres genéricos. También está el apellido “salvaje”, que utilizan sólo para algunas manifestaciones (realmente salvajes) del capitalismo, porque sería una redundancia agregarlo a sistemas como el de Irán o el de China, o al involucionista caudillismo latinoamericano, base de lo que hoy llaman socialismo del siglo XXI.
De todas estas últimas tendencias toma su porción el actual rumbo político y económico del régimen. Pero, como se ha podido apreciar durante el curso de 2012 –probablemente mejor que nunca antes-, no se atiene a ninguna por entero, por un motivo muy simple, el cual, no obstante la simpleza, ha constituido el núcleo de todos sus planeamientos: hoy (como ayer), la estrategia económica y política, en Cuba, es de emergencia, para salir del paso, destinada únicamente a que las fuerzas hegemónicas conserven el poder. Así que cualquier bandazo en que incurran, más que anticipar un fin, ratifica un medio.
Ni los defensores ni los adversarios del régimen disponen de argumentos sustanciales para demostrar –en caso de que quisieran hacerlo- que el auge “reformista” que ha tenido lugar este año en la Isla niega los preceptos básicos del fidelismo y sus secuaces, distanciándose esencialmente de los planes dictatoriales.
2012: La confirmación del descalabro
El hecho de que no se haya cumplido proporcionalmente el objetivo de aumentar los frijoles para el pueblo y el cuero para la oposición, que trazó el régimen para 2012 (amparado, sobre todo, en el apoyo táctico y económico de sus compinches suramericanos), no conduce sino a la confirmación de su inutilidad administrativa y de su ferocidad histórica, las cuales, al tiempo que no les permitieron aumentar los frijoles, con el consecuente abaratamiento de precios, les compulsó a incrementar lo planificado en cuanto a la represión contra opositores.
Ni las más “esforzadas” medidas, como la del cooperativismo entre peluqueros, gastronómicos o transportistas al servicio del Estado, o la entrega de tierras en usufructo, o el permiso para que aumenten las dimensiones, el confort y el lujo de establecimientos privados que se dedican al servicio gastronómico (medidas que por lo general han sido superficialmente analizadas y torpemente valoradas en los medios de prensa), se distancian un ápice del proceder histórico del régimen, consistente en mediatizar la aplicación de la justicia, coartando la libertad individual. Sencillamente asistimos al cumplimiento de aquel adagio, según el cual, cambian las circunstancias pero no los sujetos de la historia.
La derogación de normas cavernarias que a lo largo de decenios nos impidieron viajar libremente, más que aplauso, merece avergonzamiento. Pues no está inspirada, ya no por el deseo de hacer justicia, ni aun por el bochorno que debiera causarles tamaña incivilidad, sino simplemente porque el régimen le ha cogido el gusto a sostenerse con el dinero de las remesas. Y todavía así, sigue siendo una medida injusta y mezquina, porque está vedada para los médicos (otra de sus fuentes de ingresos, mediantes los servicios internacionalistas), y porque contempla la posibilidad legal de no resultar accesible para ciudadanos que el régimen decida castigar, por su actitud política.
Por lo demás, la economía sumergida, como mal endémico del fidelismo, es decir, como auxilio para la subsistencia, pero a la vez como lastre para el crecimiento económico del país, no cedió en lo más mínimo durante 2012. Y no sólo no disminuye con las reformas, sino que éstas han propiciado su crecimiento. Casi podría decirse que hoy, en Cuba, la única economía digna de ese nombre es la informal. La burocracia estatal y el miedo a ceder terreno por parte del régimen, continúan paralizando las energías creativas de la gente, de modo que el negocio ilícito, el robo y el “invento” no dejan de ser básicos para la supervivencia.
¿Existe acaso otro sistema más salvaje que aquel que corrompe a las personas obligándolas a renunciar a la idea de ganarse la vida con un trabajo decente?
El paso hacia el capitalismo salvaje que tanto parece preocuparnos, se ha proyectado mes tras mes, durante 2012, con mucha más salvajada socialista y fidelista que con procedimientos económicos propiamente capitalistas. En el mejor de los casos, podría argumentarse que por mal que nos esté yendo con las “reformas”, al menos nos han alejado una pizca de la inmovilidad económica y de la asfixiante grisura ideológica de tiempos anteriores. Pero es este un consuelo muy flaco, al estilo de aquellos a que nos acostumbró el régimen.
En suma, es lo dicho, la historia es un cilindro. Razón por la cual nuestras angustias de hoy, antes de estar motivadas por la incertidumbre de hacia dónde vamos, hacia qué nuevo barranco nos conducen los palos de ciego de esto que llaman la actualización del modelo socialista, más bien debieran afincarse en la certeza de que, viniendo de donde venimos, no podríamos llegar a otro estatus que no sea el caos y la salvajada, con o sin capitalismo. Muchísima razón tenía un gran poeta y humorista -y entrañable amigo- cuando proclamó desde hace tiempo: Los cubanos todavía no sabemos bien el pasado que nos espera.
Ahora, eso sí, y es algo que ya se irá viendo en el transcurso de 2013: el período de salvajismo, aunque es inevitable, puede ser sobrepasado con mayor o menor prontitud en la medida en que nuestros caciques demoren en quedarse sin alternativas, que sería la misma medida en que la coyuntura económica (aderezada por la oposición interna y la presión internacional), les obligue a ceder la batuta a quienes estén aptos para hacer que coincidan el progreso, la justicia y la libertad, sin que importe un pito cómo se llame el sistema.


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Los palmeros contra el régimen Viernes, Diciembre 28, 2012 | Por Frank Correa LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Según Pedro Figueredo, vecino de Palma Soriano, provincia Santiago de Cuba, en esa ciudad se están repitiendo hoy escenas que recuerdan las vividas en 1958, cuando el descontento popular puso en jaque a la tiranía de Batista. Pedro Figueredo, miembro del Frente de Resistencia Cívica Orlando Zapata, y de UNPACU, cuenta sobre el disgusto que manifiesta la población de Palma Soriano luego del paso del huracán Sandy, debido a los incumplimientos de las promesas hechas por el gobierno para resarcir las pérdidas. Dice Pedro que hasta mediados de mes, solamente habían distribuido una lata de picadillo de carne rusa per cápita, al precio de tres pesos con sesenta centavos, y con fechas de vencimiento para diciembre 2012, incluso muchas de ellas en mal estado, por lo cual provocaron intoxicaciones en algunas personas, al punto que han tenido que suspender su venta a la población. Otra de las críticas situaciones comentadas por Figueredo tiene que ver con la cantidad de techos de viviendas que sufrieron afectaciones totales, y la necesidad de la ayuda por parte del Estado para salvarlos de la catástrofe. Sin embargo, comenzaron a vender las tejas de zinc a 505 pesos, las de fibrocemento a 120, las puertas de zinc galvanizado a 1200 pesos, y las persianas a 860, cifras astronómicas que no están al alcance de los trabajadores, quienes perciben mensualmente un salario promedio de 400 pesos. Ante el creciente descontento que suscitó en las familias afectadas estas situaciones, que se agravan por la aparición del cólera, y la falta de alimentos y combustibles, el gobierno municipal, en reunión extraordinaria, acordó rebajar a la mitad de sus precios los materiales de construcción, pero entonces éstos se perdieron de repente. “Cuando estaban caros, había. Les rebajaron el precio, y ahora no hay”, sostiene Pedro. Cuenta además este opositor, que en Palma Soriano han aparecido carteles con consignas en contra del gobierno. Las organizaciones UNPACU y el Frente de Resistencia Cívica Orlando Zapata Tamayo, se atribuyeron la autoría de estos avisos, muestras del descontento general. Asegura también que en una ocasión, muchos de estos carteles pintados, permanecieron varios días en las paredes exteriores de casas y establecimientos públicos, porque eran tantos que la policía se demoró mucho en quitarlos. Asimismo, testimonia Pedro Figueredo que por la calle Martí, la arteria principal del pueblo, ha pasado varias veces una camioneta a toda velocidad, y a la altura de la sede del Partido Municipal, a plena luz del día, ha lanzado centenares de proclamas antigubernamentales. Los palmeros más viejos coinciden con Pedro cuando asegura que los momentos que vive hoy su pueblo son similares a los que se vivió en el año 1958, cuando los rebeldes mantenían sitiado el cuartel, mientras los ciudadanos más valientes salían a las calles desafiando a la tiranía y sus esbirros, y llenando de carteles la ciudad.


 | Por Frank Correa 

LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Según Pedro Figueredo, vecino de Palma Soriano, provincia Santiago de Cuba, en esa ciudad se están repitiendo hoy escenas que recuerdan las vividas en 1958, cuando el descontento popular puso en jaque a la tiranía de Batista.
Pedro Figueredo, miembro del Frente de Resistencia Cívica Orlando Zapata,  y de UNPACU, cuenta sobre el disgusto que manifiesta la población de Palma Soriano luego del paso del huracán Sandy, debido a  los incumplimientos de las promesas hechas por el gobierno para resarcir las pérdidas.
Dice Pedro que hasta mediados de mes, solamente  habían distribuido una lata de picadillo de carne rusa per cápita, al precio de tres pesos con sesenta centavos, y con fechas de vencimiento para diciembre 2012, incluso muchas  de ellas en mal estado, por lo cual provocaron intoxicaciones en algunas personas, al punto que han tenido que suspender su venta a la población.
Otra de las críticas situaciones comentadas por Figueredo tiene que ver con  la cantidad de techos de viviendas que sufrieron afectaciones totales,  y la necesidad de la ayuda por parte del Estado para salvarlos de la catástrofe. Sin embargo, comenzaron a vender las tejas de zinc a 505 pesos, las de fibrocemento a 120, las  puertas de zinc galvanizado a 1200 pesos, y las persianas a 860,  cifras astronómicas que no están al alcance de los trabajadores, quienes perciben mensualmente un salario promedio de 400 pesos.
Ante el creciente descontento que suscitó en las familias afectadas estas situaciones, que se agravan por la aparición del cólera, y la falta de alimentos y combustibles, el gobierno municipal, en reunión extraordinaria, acordó rebajar a  la mitad de sus precios los materiales de construcción, pero entonces éstos se perdieron de repente. “Cuando estaban caros, había. Les rebajaron el precio, y ahora no hay”, sostiene Pedro.
Cuenta además este opositor, que en Palma Soriano han aparecido carteles con consignas en contra del gobierno. Las organizaciones UNPACU y el Frente de Resistencia Cívica Orlando Zapata Tamayo, se atribuyeron la autoría de estos avisos, muestras del descontento general.
Asegura también que en una ocasión, muchos de estos carteles pintados, permanecieron varios días en las paredes exteriores de casas y establecimientos públicos, porque eran tantos que la policía se demoró mucho en quitarlos. Asimismo, testimonia Pedro Figueredo que por la calle Martí, la arteria principal del pueblo, ha pasado varias veces una camioneta a toda velocidad, y a la altura de la sede del Partido Municipal, a plena  luz del día, ha lanzado centenares de  proclamas antigubernamentales.
Los palmeros más viejos coinciden con Pedro cuando asegura que los momentos que vive hoy su pueblo son similares a los que se vivió en el año 1958, cuando los rebeldes mantenían sitiado el cuartel, mientras los ciudadanos más valientes salían a las calles desafiando a la tiranía y sus esbirros, y llenando de carteles la ciudad.


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jueves, 27 de diciembre de 2012

Raúl Castro mueve sus fichas


 | Por Orlando Freire Santana
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Lo mismo de una manera explícita que de un modo algo más encubierto, lo cierto es que el gobernante Raúl Castro maniobra con vistas a garantizar paulatinamente el relevo de la envejecida clase gobernante cubana. Claro, se trata de un proceso que se realiza con extremo cuidado, ya que las figuras escogidas para la sucesión deben demostrar que están dispuestas a cumplir dos condiciones que el castrismo considera inviolables: en primer término, no aspirar al poder mientras existan los dirigentes históricos de la revolución; y en segundo lugar, que sepan conservar el legado de los hermanos Castro una vez que hayan desaparecido de la escena política los hombres de la Sierra Maestra. Porque, con independencia de algún que otro percance específico, la sospecha de que no observarían las premisas anteriores, de seguro selló la suerte de los Aldana, Lage, Robaina y Pérez Roque, entre otros.
Uno de los más recientes movimientos de cuadros que apunta en esa dirección fue el ascenso del canciller Bruno Rodríguez Parrilla al Buró Político del Partido Comunista. Todo hace indicar que Bruno clasifica como un funcionario muy obediente, incapaz de apartarse un milímetro del guion confeccionado por la cúpula del poder. El propio general-presidente, al presentar la propuesta de Rodríguez Parrilla durante el V Pleno del Comité Central, lo calificó de “joven brillante que se destaca por la disciplina y seriedad asumidas en cada una de las importantes tareas que ha desempeñado durante su vida”.  Y aunque en realidad no es un hombre tan joven, sus 54 años constituyen un soplo de aire fresco para el añejado colectivo de septuagenarios y octogenarios que mayoritariamente integran esa instancia superior del Partido.
Y si plenamente visible ha sido la intención sucesora en el caso de Bruno, más sutil se presenta el propósito en torno a la trayectoria de Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Después de su no muy lejana designación como vicepresidente del Consejo de Ministros, Díaz- Canel ha iniciado una carrera meteórica que lo ha llevado a los primeros planos en el Buró Político, a tal extremo que algunos se aventuran a considerarlo ya el tercer hombre en el aparato de poder, detrás de Raúl y Machado Ventura. Aunque eso de vislumbrar a la tercera figura cae en el terreno de la especulación, pues aquí solo se definen al primero y segundo secretarios del Partido. Es necesario leer entre líneas u observar ciertas costumbres de las altas esferas del gobierno para formarnos un criterio al respecto. Por ejemplo, se estima que el general Abelardo Colomé Ibarra (Furry) es hasta ahora la tercera figura, puesto que acompaña a Machadito en los recibimientos de Raúl cada vez que el Presidente regresa al país procedente del exterior. Entonces habría que esperar por una nueva salida del General de Ejército, para comprobar si Díaz- Canel se incorpora o no a la comitiva de recepción. De todas maneras, resalta el hecho de que haya sido Díaz-Canel quien representara al país en los últimos compromisos internacionales de importancia, como la asunción presidencial de Enrique Peña Nieto en México, o la cumbre del ALBA en Caracas.
Otro escenario donde podríamos presenciar la irrupción de nuevos rostros en la cima del poder estaría relacionado con la elección de diputados a la Asamblea Nacional el 2 de febrero. Porque en ese contexto deben ser elegidos el presidente y los vicepresidentes del Consejo de Estado. Y es muy probable que al envejecido equipo de vicepresidentes (Machadito, Furry, Ramiro Valdés, Esteban Lazo y Gladys Bejerano) se una alguna figura más joven, que bien podría ser el propio Díaz-Canel, o si se quisiera una inclusión de género, podrían sorprendernos con alguna de las féminas de reciente promoción, como Ana María Mari Machado, actual vicepresidenta de la Asamblea Nacional; Teresa Amarelle, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas; o la presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Inés María Chapman. Esperemos.


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Protesta pública en Sagua la Grande, Cuba 3 de diciembre de 2012

“Vamos a tener que comer hierba”, dice cubana tras conocer del rebrote del cáncer de Chávez



“Alguna gente dice que el fin de Chávez sería el fin del comunismo en Cuba, porque el régimen se va a desplomar y la gente se va a alzar”, afirmó Richard E. Feinberg, profesor de política económica internacional en la Universidad de California, San Diego. “Eso es probablemente otra ilusión de la comunidad exiliada anti-Castro”
I
Muchos cubanos están siguiendo con nerviosismo las noticias diarias sobre la salud del presidente venezolano, Hugo Chávez, que han sido publicadas de forma señalada en la prensa estatal, informó este miércoles la AP.
“No sé qué va a pasar aquí”, dijo Magaly Ruiz, una habanera de 52 años, tras conocer el rebrote del cáncer en el mandatario de Venezuela. “Vamos a comer hierba”, declaró a la agencia.
La noticia sacudió a millones de cubanos
Los cubanos que estaban disfrutando la telenovela un sábado reciente por la noche recibieron súbitas malas noticias, cuando la televisión estatal interrumpió la transmisión del programa para mostrar una conferencia de prensa en Caracas en la que Chávez reveló que su cáncer había regresado. Antes de enfrentarse a su cuarta operación en 18 meses, Chávez nombró al vicepresidente Nicolás Maduro como su sucesor.
La noticia sacudió no solamente a los venezolanos, añade la AP, sino a los millones de cubanos que dependen de Venezuela para petróleo subsidiado y préstamos baratos, entre otras cosas. Venezuela suministra aproximadamente la mitad de la demanda energética de Cuba, lo que implica que la economía de la Isla sufriría un duro golpe y probablemente caería en recesión si un gobierno venezolano post-Chávez la obligara a pagar precios de mercado por su petróleo.
A pesar del asombro por los problemas de salud de Chávez, el tema probablemente no es sorpresa para el Gobierno cubano, y no solamente porque Chávez ha estado recibiendo atención médica en la Isla.
La Habana aprendió importantes lecciones acerca de los peligros de sobredependencia en 1991 cuando el colapso de la Unión Soviética lanzó a Cuba a una profunda crisis. Tratando de evitar consecuencias similares, el régimen de la Isla ha estado tratando de ampliar su círculo de socios comerciales, echando la mirada hacia a Asia, Europa y otras naciones latinoamericanas, y hoy en día es solamente la mitad de dependiente en Caracas de lo que era con la Unión Soviética.
La Habana también ha estado tratando de diversificar su economía al permitir una mayor actividad del sector privado, estimulando la agricultura independiente y cooperativa, y descentralizando su industria azucarera. En teoría, si la economía cubana se fortalece, habrá más divisas para pagar por combustibles u otras importaciones.
Asimismo, está comenzando a experimentar con colectivos independientes no agrarios que deberán ser más eficientes que las compañías estatales. Y el próximo año va a comenzar otro programa piloto para empresas estatales descentralizadas que van a ser autorizadas a administrarse por sí mismas y controlar la mayoría de sus ingresos.
“Podría dar muy buenos resultados”, dijo un economista cubano que habló a condición de preservar el anonimato, porque no estaba autorizado a hablar con la prensa extranjera. El Gobierno “está pensando también en potenciar la inversión extranjera en ramas de la economía nacional, incluso en áreas restringidas como la industria azucarera”.
Uno de los principales objetivos del país es volverse menos dependiente de un solo benefactor.
Miles de millones dólares han viajado de Venezuela a Cuba
Durante el Gobierno de Chávez, quien considera a Fidel Castro su padre ideológico y quien ha imitado algunas políticas de la Isla, Venezuela ha enviado miles de millones de dólares al año a Cuba a través de ayuda petrolera y comercio, abasteciendo la mitad de la energía del país a precios subsidiados.
El comercio de Cuba con Venezuela fue de un poco más de ocho mil millones de dólares el año pasado, gran parte de ello en importaciones a Cuba de petróleo y sus derivados. A cambio, Cuba provee a Venezuela médicos, docentes, científicos y otros profesionales. Observadores consideran esos servicios sobrevaluados —fijados por Cuba en hasta 200 mil dólares anuales por médico— mientras que el subsidio venezolano a Cuba es estimado entre dos mil millones y cuatro mil millones de dólares.
Aunque los negocios con Venezuela forman 40 % de todo el comercio cubano, es mucho menos que durante los días cuando Europa oriental representaba 80 % del comercio de la Isla.
“Una pérdida de entre dos mil millones y cuatro mil millones de dólares sería definitivamente considerable. Pero no es lo mismo que la eliminación total de los subsidios soviéticos a inicios de la década de los noventa”, dijo Richard E. Feinberg, profesor de política económica internacional en la Universidad de california, San Diego. “Cuba no va a regresar a la era de las bicicletas. ¿Podrían lanzar la economía cubana a una recesión? Sí”.
La durabilidad de la economía cubana, en ese caso, vendría en gran parte gracias al éxito del Gobierno de La Habana en cortejar a inversionistas extranjeros.
El régimen ha respondido a esa posibilidad cortejando a inversionistas extranjeros.
El mes pasado anunció que había llegado a un acuerdo con una subsidiaria de la empresa brasileña Odebrecht para que administrase una refinería azucarera, un paso inusual ya que la industria ha estado vedada a la participación foránea.
Ha fortalecido además relaciones comerciales con China y varios países latinoamericanos y europeos.
China, por un lado, ha invertido en proyectos petrolíferos territoriales, y junto con Canadá se ha convertido en un actor importante en el sector del níquel en Cuba. España tiene participaciones en los sectores de hotelería y tabaco, mientras que la empresa francesa Pernod Ricard ayuda en la exportación de licores. Y desde el 2009, Brasil ha participado en un masivo proyecto para reconstruir y modernizar el puerto de Mariel.
El comercio con China fue de mil 900 millones de dólares en el 2010, y sigue subiendo.
El Gobierno dice que quiere estimular las inversiones extranjeras en empresas conjuntas, pero el proceso puede ser largo y engorroso, y el hurto, falta de incentivos a la productividad y la intervención del gobierno reducen la eficiencia. Las compañías extranjeras pagan impuestos estratosféricos.
Informe del Brookings Institution
Feinberg, que escribió un reporte sobre inversiones extranjeras en Cuba publicado este mes por el centro de estudios estadounidense Brookings Institution, dijo que aunque existen varias empresas extranjeras operando exitosamente en la Isla, otras han tenido problemas, lo que desalienta a posibles inversionistas. Mencionó en particular dos casos recientes: La “toma” por el Gobierno de una compañía de alimentos dirigida por un empresario chileno acusado de corrupción y las contenciosas negociaciones en torno a un contrato con la empresa holandesa-británica Unilever, ante cambiantes condiciones del régimen cubano.
“El Gobierno cubano tiene que decidir sin ambigüedades sobre las inversiones extranjeras. Pienso que hay divisiones entre la dirigencia del país”, dijo Feinberg. “Algunos temen que las inversiones extranjeras afecten la soberanía, crea centros independientes de poder o es explotadora”.
Estimó que Cuba básicamente perdió unos 20 mil millones de dólares que habría recibido en el último decenio si siguiese prácticas típicas en otros países en desarrollo. En lugar de ello, Cuba recibió en ese período apenas tres mil 500 millones en inversiones extranjeras.
Expertos dicen que aún en el peor de los casos, la muerte de Chávez no llevaría inmediatamente a una suspensión de los subsidios petroleros venezolanos.
Si el vicepresidente Maduro, seleccionado por Chávez para sucederle, ganase nuevas elecciones, probablemente mantendría las relaciones especiales con La Habana.
El líder opositor Henrique Capriles, que perdió ante Chávez en los comicios de octubre, dijo que quiere poner fin al acuerdo de petróleo-por-servicios, pero pudiera encontrar que no es tan fácil deshacerlo, si es que gana. Los dos países están ligados por numerosos acuerdos, y muchos venezolanos que se benefician de la atención médica gratuita de los médicos cubanos, estarían renuentes a perderla.
“Uno no puede simplemente terminar una relación como esa”, dijo Melissa Lockhart Fortner, analista de asuntos cubanos para el centro de estudios Pacific Council on International Policy. “Sería terrible políticamente para él… Terminarlo de pronto pondría en peligro gran parte de su respaldo”.
Para Cuba, la recaída de Chávez corona un año lleno de desilusiones en los intentos de la Isla por diversificar su economía.
Tres pozos exploratorios de petróleo en la costa occidental no arrojaron resultados. El mes pasado, la única plataforma petrolera en el mundo capaz de perforar allí sin violar las sanciones económicas estadounidenses se fue del área sin indicios de que vaya a regresar.
Una y otra vez, de acuerdo con el reporte de la AP, el país ha mostrado su resistencia, desde una invasión respaldada por Estados Unidos y planes de asesinato de Castro en los sesenta hasta el Período Especial de austeridad en los noventa en que el PIB de Cuba se redujo en 33 % en cuatro años. Hace cuatro años, cuando huracanes dañaron la agricultura y la crisis financiera global vapuleó el turismo, Cuba se apretó el cinturón, redujo importaciones y sobrevivió.
“Alguna gente dice que el fin de Chávez sería el fin del comunismo en Cuba, porque el régimen se va a desplomar y la gente se va a alzar”, dijo Feinberg. “Eso es probablemente otra ilusión de la comunidad exiliada anti-Castro”.


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miércoles, 26 de diciembre de 2012

La esperanza invisible


 | Por Lililianne Ruiz 
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Han decorado el agro mercado con farolitos y cadenetas de papel de colores. La cola de los huevos es muy larga, no todos alcanzarán. Yo los necesito pero no puedo perder ese tiempo. El viejito que toma un mazo de cebollas lo devuelve molesto porque le parece excesivo el precio, y en la cola de los huevos se inicia una pelea.
En 53 años de dictadura, la única protesta callejera que he conocido fue el Maleconazo, donde la violencia de parapoliciales al servicio del régimen hizo que los demandantes se retiraran.
Ante la remota posibilidad de un estallido social, comprendo que no es deseable ese nivel de caos en un país. Tampoco parece que el actual gobierno vaya a ceder por el reclamo ciudadano. Mas bien seguirá represaliando a los que se le escapen del rebaño.
Entonces me percibo allí, en el agro mercado, tomando los ajíes, tan triste… pero, a la vez, tan yo misma, que no puedo dejar de tener fe antes que esperanza. Fe en la reclamación de mis derechos negados. Mis derechos como persona. Fe en el cambio, tan radical como totalitario es el sistema y sus gobernantes.
Cuando oigo al general y presidente de Cuba, o a sus voceros, hablar de “conquistas de la revolución”, se me ocurre que la mayor de esas conquistas ha sido la de mantener al país cerrado, para poder hacer en su interior “lo que exija el momento histórico”, o sea, lo que ellos quieran. Sin que los de adentro puedan modificar en lo fundamental ese sistema de vida, ni los de afuera puedan procesar de manera efectiva a quienes están incurriendo en el delito de lesionar la existencia de toda una nación.
Interpretar la naturaleza humana, comprender la extensión del individuo, es el trabajo incesante que, querámoslo o no, realizamos todos durante la vida. Por eso nos asociamos y, con nuestro baúl de experiencias, educamos a los hijos. Por eso se escriben libros y somos capaces de crear.
Percibirnos solo como organismos vivos que han de ser teledirigidos por los ideólogos del partido comunista, quienes creen poseer la verdad absoluta sobre el bien y el mal, es la meta de la educación en el socialismo. Una educación que empobrece más que la indigencia material. No es extraño que la última mutación de los mejores ejemplares de esta especie esté optando por ganar dinero y, con dinero, seguir reanimando el sistema. Como seres vivos, tienen que cubrir necesidades básicas.
Como nuestro sistema modifica la existencia de los que viven bajo su dominio, me ha parecido un combate espiritual, antes que político, el acto de disentir bajo estas condiciones. Y eso es un acto irreversible, una vez que se asume.
Como al estar viviendo en una pesadilla, donde todos parecen amables y te tutean para crear una falsa familiaridad, si no te unes a la rueda infernal, serás tres veces agredido por ella. La única diferencia entre la agresión inicial, que consiste en la sumisión exigida por el sistema -y que hace que muchos pacten-, y la tercera agresión, cuando te has negado a pactar, es que cuando protestas tienes esperanza de ser libre, y, en la actitud de sumisión, entregas esa esperanza junto con la libertad.


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Miente la fiscal jefa de prisiones en Cuba


Miércoles, Diciembre, 26  2012


Por:Roberto de Jesús guerra
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -El 8 de diciembre,apareció en el periódico Granma una entrevista a Hortensia Bonachea Rodríguez, Fiscal Jefa de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios, a propósito del Día de los Derechos Humanos. Aunque al final de la entrevista, la fiscal expresa: ¨No pretendemos exhibir una sociedad perfecta, de ahí nuestro empeño permanente en garantizar una mayor protección a los derechos de los ciudadanos¨, lo cierto es que en sus respuestas denotan una marcada idealización de la realidad que se sufre en los centros penitenciarios cubanos.
La funcionaria cae en la misma ingenuidad de no pocos ciudadanos  desconocedores del derecho, que consiste en creer que la promulgación de una ley basta para afirmar que se cumple. Algo que resulta imposible sin un control gubernamental serio y permanente, comprometido únicamente con el cumplimiento de la ley y unido a la participación de la sociedad civil, lo cual no ocurre en Cuba.
Hortensia Bonachea afirma que la política penitenciaria de Cuba armoniza con las normas internacionales. Sin embargo, basta echarle un vistazo a las ¨Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos y recomendaciones relacionadas¨, para constatar que sus palabras están muy lejos de la verdad. Aclaro que tales reglas constituyen un documento jurídico internacional ratificado por el gobierno cubano y, consecuentemente, debía haber sido incorporado en su totalidad a nuestra legislación, algo que aún no ha ocurrido, como igualmente pasa con  la Declaración Universal de  Derechos Humanos, el Pacto Internacional de  Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Por ejemplo, el artículo 6.1, de esas reglas, establece que no se debe hacer diferencia de trato fundadas en prejuicios, principalmente de raza, color, sexo, lengua, religión, opinión política o cualquier otra. Y en el apartado segundo, expresa que ¨importa respetar las creencias religiosas y los preceptos morales del grupo a que pertenezca el recluso¨.
Toda persona que ha estado presa en Cuba sabe cómo se ha tratado y aún se trata a los prisioneros políticos, y también a otros que han sido sancionados por la presunta comisión de delitos comunes, en realidad para reprimir una actitud contestaría. También se  conoce cómo los reos comunes más violentos y desalmados son usados por las autoridades de las cárceles para acosar a los reos políticos, o a otros que se atreven a reclamar el cumplimiento de sus derechos, o siquiera un mejor trato.
Hasta hace muy poco, no se permitía a los reclusos tener en su poder una simple Biblia, y todavía -a pesar de que se ha avanzado en cuanto al respeto de la religión  en las cárceles- no se permite la permanencia de un capellán, un sacerdote o un laico, como lo establece el artículo 41.1, de las Reglas Mínimas.
Otros de los artículos, referidos a la separación de los presos por categorías, a las características que deben tener los locales destinados a los reclusos y a la alimentación de calidad que éstos deben recibir, continúan siendo asignaturas pendientes en las cárceles cubanas.
El artículo 28.1, de dichas reglas, que establece que ningún recluso debe ejercer autoridad disciplinaria sobre los otros, también se incumple, porque en nuestras cárceles son los llamados ¨mandantes¨ quienes imponen la disciplina de mano dura en los destacamentos, lugares en los que los reclusos están totalmente a sus expensas.
En nuestras prisiones los reclusos no reciben un tratamiento individualizado, debido a la carencia de reeducadores, a la inestabilidad de éstos y a su deficiente  preparación, que continúa siendo más política que técnica y la “reeducación” tiene más de represión que de ayuda para la reinserción social del sancionado.
Incluso, el Anexo endosado a dichas Reglas Mínimas establece, en el apartado 1 del Capítulo VII, que el personal penitenciario deberá tener carácter civil. Y en Cuba, todas las prisiones son unidades militares del MININT.
Se incumple también lo concerniente al trato que deben recibir las personas acusadas y que se encuentran en prisión preventiva, pues la mayor parte de las veces los locales donde permanecen no tienen las características establecidas en las Reglas Mínimas. Y por supuesto, es una violación que resulta inexcusable cuando estas personas son encerradas en los calabozos oscuros e insalubres de las unidades policiales.
Por último, está el tema de la reinserción social de los sancionados. En primer término, éstos podrán reincorporarse a la sociedad en dependencia del delito cometido y de las influencias que tengan. Si es un ex recluso sancionado por  sus ideas políticas, difícilmente hallará trabajo, mucho menos un lugar digno en la sociedad. Esto se extiende también a otros ex reclusos sancionados por delitos comunes, a los que se les imponen obstáculos de todo tipo.
La prueba más palpable es que en Cuba un ciudadano cumple totalmente la sanción y debe esperar varios años para adentrarse en un escabroso procedimiento burocrático que le permita cancelar sus antecedentes penales. Aun logrando dicha cancelación, su actuación quedará registrada por la Dirección Nacional de Información (D.N.I.), y cuando intente ocupar un mejor puesto de trabajo o avanzar socialmente, en un país donde todo lo controla el gobierno, que es a la vez el principal empleador, ese archivo, que lo acompañará hasta su muerte, se lo va a  impedir. De ahí que la cacareada “reinserción social” sea para muchos ex reclusos cubanos una falacia.

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